Neuquén, Provincia de Neuquén, 6 de enero de 2025. En las vastas estepas de Neuquén, el guanaco (Lama guanicoe), el mayor herbívoro nativo de la Patagonia, enfrenta una historia de supervivencia y lucha. Esta especie, que ha coevolucionado con su entorno durante miles de años, ha visto disminuir drásticamente su población desde la llegada de los colonizadores europeos. Hoy, aunque aún considerada “vulnerable”, muestra señales de una recuperación notable, gracias a esfuerzos de conservación que están marcando una nueva etapa en su historia.
Un declive histórico
El guanaco, que alguna vez pobló vastas áreas de América del Sur, sufrió un drástico descenso poblacional debido a la caza indiscriminada y la competencia con especies domésticas, como el ganado ovino y caprino. En Neuquén, las poblaciones de guanacos enfrentaron grandes desafíos, especialmente con la apertura de caminos asociados a la industria hidrocarburífera que facilitaron el acceso de cazadores furtivos.
Se estima que actualmente hay alrededor de 20,000 guanacos en el territorio neuquino. La mayoría de estos animales se encuentran en tres zonas clave de la provincia: el noreste, el sur y varias poblaciones pequeñas en áreas aisladas. Sin embargo, la situación en el noreste ha sido particularmente alarmante, con una reducción del 93-96% en las últimas dos décadas debido a la caza furtiva.
Signos de recuperación
A pesar de las dificultades, las investigaciones más recientes ofrecen un panorama alentador. En un estudio publicado en las II Jornadas Argentinas de Camélidos Silvestres Sudamericanos en 2024, expertos de distintas instituciones, como el Centro de Ecología Aplicada del Neuquén (CEAN), confirmaron que la población de guanacos está empezando a recuperar terreno. Esto se debe a medidas de conservación como el cierre de caminos petroleros y el incremento de controles ambientales.
El cierre definitivo de los caminos, junto con el aumento de la vigilancia y la instalación de cartelería educativa en la región, ha permitido que las poblaciones de guanacos muestren una respuesta positiva. Además, el abandono de tierras productivas y la coexistencia con actividades ganaderas menos invasivas también han favorecido este proceso de recuperación.
¿Sobrepoblación o regreso a su hogar natural?
Recientemente, algunos medios han hablado sobre un “crecimiento exponencial” de la población de guanacos, sugiriendo que la especie podría estar causando un desequilibrio ecológico. Sin embargo, expertos como Martín Monteverde, director del CEAN, desmienten estos rumores. Según Monteverde, el guanaco ha estado presente en Patagonia durante miles de años y ha desarrollado mecanismos ecológicos que le permiten coexistir con su entorno sin causar daño. En su opinión, hablar de una sobrepoblación de guanacos es un mito basado en el desconocimiento de la especie.
En realidad, el guanaco juega un papel clave en el equilibrio ecológico de la región. Como herbívoro de gran tamaño, su presencia regula el crecimiento de la vegetación y contribuye a la estructura del suelo. Además, al ser una de las principales presas del puma, el guanaco también desempeña un papel importante en la reducción de conflictos entre este depredador y las actividades ganaderas.
Un reconocimiento internacional
El 23 de agosto de 2024, el guanaco recibió un reconocimiento internacional con la celebración del primer Día Internacional del Guanaco. Esta iniciativa, impulsada por 40 organizaciones de varios países, busca generar conciencia sobre la importancia de la conservación de esta especie, así como resaltar su papel en los ecosistemas de América del Sur. En este contexto, Monteverde recordó que la fauna autóctona de la Patagonia, incluidos los guanacos, ha coexistido durante milenios con las culturas originarias, mucho antes de la llegada de las especies domesticadas y exóticas.
A medida que el guanaco sigue demostrando su capacidad de resiliencia, la clave para su futuro radica en continuar con las políticas de conservación y gestión sostenible. A través del trabajo conjunto de científicos, autoridades y comunidades locales, Neuquén está mostrando que es posible revertir los efectos negativos del pasado y restaurar el equilibrio ecológico en una región tan emblemática como la Patagonia.
El regreso del guanaco no solo es una victoria para la biodiversidad, sino también para las generaciones futuras, quienes podrán seguir disfrutando de este majestuoso animal como un símbolo de resistencia y adaptación.