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Revolución Verde en Río Negro: Soberanía e Invernaderos que reducen la Huella de Carbono

Revolución Verde en Río Negro: Soberanía e Invernaderos que reducen la Huella de Carbono

Viedma, Rio Negro, 20 de junio de 2025. Río Negro impulsa soberanía alimentaria y desarrollo sustentable con invernaderos escolares y comunitarios que reducen la huella de carbono.

El poder de sembrar cerca: cómo un programa provincial transforma comunidades enteras

La soberanía alimentaria ya no es una utopía en Río Negro. Gracias a la implementación estratégica de invernaderos comunitarios y escolares, el programa RN Nutre está dando vida a un modelo sustentable que une educación, producción de alimentos, economía familiar y conciencia ambiental. Desde la Región Sur hasta los valles, este trabajo territorial no solo reduce la dependencia de alimentos importados desde grandes centros urbanos, sino que fortalece el tejido social, la resiliencia comunitaria y el compromiso institucional con una política pública que llegó para quedarse.

Con una mirada integral, que articula infraestructura estatal, saberes populares, actores educativos y técnicos del Ministerio de Desarrollo Humano, esta red de invernaderos permite cultivar alimentos frescos donde antes reinaba la escasez o la espera del camión. La acción concreta se traduce en huertas que abastecen comedores, jóvenes que aprenden oficios y familias que vuelven a tener acceso directo a alimentos saludables sin intermediarios.

Cultivar soberanía desde las raíces: la tierra, el aula y el plato

Uno de los grandes logros del programa RN Nutre es haber instalado la soberanía alimentaria como un valor que se enseña, se construye y se come. La incorporación de invernaderos en escuelas permite que el proceso de aprendizaje se conecte directamente con la producción real de alimentos. En la Escuelita del Dique, por ejemplo, los estudiantes no solo aprenden sobre biología o agricultura: también construyen el invernadero, siembran, cocinan y consumen lo que producen en el comedor escolar.

“El comedor funciona con jornada extendida y el invernadero complementa la propuesta educativa con una mirada integral”, explicó Raúl Fernández, Director de Economía Social. En ese marco, los jóvenes adquieren nociones de carpintería, cocina, agroecología y consumo responsable, con un enfoque que combina trabajo manual, saber técnico y responsabilidad social.

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Cuando la distancia limita, la producción local libera

Río Negro es una provincia extensa y heterogénea. Muchas de sus comunidades se encuentran a cientos de kilómetros de los centros de distribución tradicionales. Esa distancia encarece productos, genera dependencia logística y muchas veces impide el acceso a frutas y verduras frescas en tiempo y forma. Con la red de invernaderos, el Gobierno provincial apunta a romper ese círculo vicioso.

“El comedor funciona con jornada extendida y el invernadero complementa la propuesta educativa con una mirada integral”, explicó Raúl Fernández, Director de Economía Social

La creación de un nuevo centro de producción en Maquinchao busca precisamente evitar el deterioro del plantín durante el traslado. “Queremos que el plantín esté más cerca del beneficiario y garantizar que llegue en condiciones óptimas”, sostuvo Fernández. Esta descentralización productiva permite que cada región cuente con infraestructura propia, adaptada al clima y a las necesidades locales, reduciendo tiempos, costos y emisiones.

Reducción de la huella de carbono: una apuesta silenciosa pero profunda

Consumir productos cultivados localmente no solo mejora la economía familiar y la salud de la población: también reduce la huella de carbono asociada al transporte, embalaje y refrigeración. Cada cajón de tomates que no necesita ser trasladado desde Mendoza o Buenos Aires es una pequeña victoria ambiental.

Los invernaderos impulsados por RN Nutre utilizan sistemas de riego por goteo, compostaje de residuos orgánicos y prácticas agroecológicas que evitan el uso de agroquímicos dañinos. Todo el proceso está diseñado para minimizar el impacto ambiental, aprovechar los recursos naturales y contribuir al equilibrio ecológico del entorno.

Desarrollo sustentable con rostro humano

Una de las claves del programa es su enfoque territorial. Donde no se logra sostener la continuidad del proyecto, los recursos no se pierden: se relocalizan en comunidades que sí demuestran compromiso. Ya se han reubicado al menos siete estructuras, priorizando aquellas zonas donde el impacto social es inmediato. Esta dinámica demuestra que el desarrollo sustentable no solo se basa en la técnica, sino también en la voluntad colectiva.

«Queremos que el plantín esté más cerca del beneficiario y garantizar que llegue en condiciones óptimas”, sostuvo Fernández.

En palabras de Raúl Fernández: “En los lugares donde no logramos transmitir el sentido del programa, trabajamos en la recuperación de los materiales para relocalizarlos. Es importante que el recurso esté donde haya una demanda real”. De esta manera, el programa combina eficiencia de gestión, justicia territorial y sustentabilidad operativa.

Raúl Fernández: “En los lugares donde no logramos transmitir el sentido del programa, trabajamos en la recuperación de los materiales para relocalizarlos. Es importante que el recurso esté donde haya una demanda real”.

Testimonios que siembran futuro

Pedro Acuña, productor de Sierra Colorada, resume el cambio: “Antes dependíamos de lo que traían de afuera, y no siempre llegaba. Ahora sembramos nosotros. Es más trabajo, pero también más orgullo”.
Camila Valdéz, docente en Ñorquinco, agrega: “Los chicos ven cómo crece una semilla y luego la comen en el almuerzo. Es una experiencia transformadora”.
Liliana, del grupo “Manos Verdes” en Villa Regina, destaca el componente social: “El invernadero nos da alimentos, sí, pero también nos une como comunidad. Aprendemos juntas, vendemos en la feria, compartimos semillas”.

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Video: Invernaderos km 0

Pedro Acuña, productor de Sierra Colorada, resume el cambio: “Antes dependíamos de lo que traían de afuera, y no siempre llegaba. Ahora sembramos nosotros. Es más trabajo, pero también más orgullo”.

Plantines que alimentan, empoderan y educan

El programa no solo construye estructuras: produce y distribuye miles de plantines de hortalizas y aromáticas adaptadas al clima rionegrino. Estos insumos son el punto de partida de cada huerta comunitaria o escolar. Su distribución garantiza que el acceso no dependa del poder adquisitivo, sino del compromiso con el cuidado, el cultivo y el consumo responsable.

El proceso es acompañado por técnicos territoriales que brindan capacitación en siembra, rotación de cultivos, manejo del suelo y uso eficiente del agua. De este modo, cada plantín se convierte en una herramienta educativa, productiva y ambiental.

Camila Valdéz, docente en Ñorquinco, agrega: “Los chicos ven cómo crece una semilla y luego la comen en el almuerzo. Es una experiencia transformadora”.

Educación, alimentación y equidad territorial

El abordaje del programa RN Nutre parte de una premisa fundamental: la soberanía alimentaria es también una cuestión de justicia social. Si algunas comunidades acceden a alimentos frescos y otras no, si algunos estudiantes aprenden a producir lo que comen y otros no, entonces hay una desigualdad estructural. La red de invernaderos apunta a revertir esa brecha con acciones concretas.

Al descentralizar la producción, fortalecer el trabajo escolar y acompañar la economía familiar, el programa genera equidad territorial, rompe con el modelo extractivista y pone en valor el trabajo comunitario como herramienta transformadora.

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Promoción inteligente y alianzas con impacto

El caso de la Escuelita del Dique es emblemático: el invernadero fue construido mediante la articulación entre el programa RN Nutre, el equipo docente y el Rotary Club local. Esta articulación entre lo público, lo privado y lo comunitario demuestra que el desarrollo sustentable requiere de alianzas inteligentes.

La visibilidad de estas experiencias es clave para multiplicar su impacto. Redes sociales, medios locales, universidades y ONGs deben ser aliados para difundir, replicar y adaptar este modelo a otras provincias y países.

Un futuro autosuficiente se cultiva hoy

El camino hacia la soberanía alimentaria, la reducción de la huella de carbono y el desarrollo sustentable no se transita con discursos: se construye, literalmente, desde abajo, con tierra, agua, madera, saberes y voluntad. Río Negro lo está haciendo con una red de invernaderos que ya es referente nacional.

El programa RN Nutre demuestra que es posible alimentar, educar y empoderar al mismo tiempo. Que la semilla sembrada en una escuela puede germinar no solo en una planta, sino en una conciencia nueva, más justa, más verde, más solidaria.

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