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Río Negro refuerza el control ambiental del oleoducto Vaca Muerta Sur

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Rio Negro, 29 de abril de 2025. La provincia intensifica la fiscalización de una de las obras energéticas más importantes del país, con foco en el cumplimiento ambiental, técnico y laboral.

Con una visión estratégica que conjuga desarrollo energético y responsabilidad ambiental, el Gobierno de Río Negro avanza en una fiscalización rigurosa de la construcción del oleoducto Vaca Muerta Sur. En una operación interinstitucional sin precedentes, equipos técnicos de distintas áreas provinciales llevaron adelante inspecciones en diversos tramos del megaproyecto, que busca consolidar a la provincia como un nodo clave para la exportación de petróleo argentino.

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La jornada de inspección tuvo lugar el 29 de abril de 2025 y abarcó varios puntos críticos del trazado, entre ellos el obrador principal en Chichinales, ubicado en el kilómetro 66 de la segunda etapa de la obra. Allí, más de 800 trabajadores llevan adelante tareas esenciales para el avance del ducto, bajo la mirada atenta de técnicos especializados.

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El operativo fue encabezado por representantes de Ambiente y Cambio Climático, Hidrocarburos, Minería, el Departamento Provincial de Aguas (DPA) y la Secretaría de Trabajo. La presencia simultánea de estos organismos permitió abordar de manera integral los múltiples aspectos de la obra, desde la trazabilidad de los materiales hasta las condiciones de seguridad e higiene.

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“Hoy vinimos todos los organismos responsables del control de esta megaobra para asegurar el cumplimiento de las normas”, explicó Amelia Lapuente, técnica de la Secretaría de Hidrocarburos, destacando la coordinación interinstitucional como un valor fundamental del operativo.

Entre los puntos evaluados, se destacan los trabajos de apertura de zanja, soldadura de cañerías y las tareas en la planta de doble junta, donde se aplican tecnologías de alta precisión. Lapuente subrayó el uso de soldadura mecanizada sin intervención manual, que garantiza estándares de calidad mediante evaluaciones radiográficas.

Desde una perspectiva ambiental, el foco estuvo puesto en la gestión adecuada de los residuos especiales generados por la obra, así como en la verificación de las prácticas de mitigación de impacto sobre el entorno natural. Los inspectores también evaluaron el cumplimiento de medidas preventivas en materia de erosión de suelos, manejo de agua y protección de la biodiversidad en áreas sensibles.

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El compromiso ambiental no es retórico: estas inspecciones se realizan de forma regular, pero en esta oportunidad se profundizó su alcance gracias al trabajo conjunto. “Este tipo de controles exhaustivos refuerzan la transparencia y garantizan que el desarrollo energético no se haga a costa del ambiente”, indicó Lapuente.

La segunda etapa del oleoducto contempla una extensión de más de 430 kilómetros entre Allen y Punta Colorada, lo que permitirá transportar petróleo desde Vaca Muerta hacia la costa atlántica para su exportación. Se trata de una infraestructura crítica en términos económicos y estratégicos, que debe ejecutarse bajo estrictos parámetros de sostenibilidad.

A esto se suma la primera etapa, ya en funcionamiento, que une Loma Campana con Allen a través de otros 130 kilómetros. En total, el Vaca Muerta Sur suma más de 560 kilómetros de infraestructura energética que colocan a Río Negro en el centro del mapa petrolero del país.

Pero más allá del impacto económico, el Gobierno provincial pone el acento en el respeto por el entorno. La convivencia entre progreso energético y conservación ambiental es uno de los pilares de su política pública, alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Este enfoque también contempla el respeto de los derechos laborales. La Secretaría de Trabajo supervisó que se cumplan las condiciones pactadas para los trabajadores, en materia de seguridad, condiciones edilicias y medidas de prevención de accidentes.

Desde la Secretaria de Ambiente y Cambio Climático remarcaron que uno de los objetivos es anticiparse a posibles contingencias ambientales y asegurar que los estándares internacionales sean parte del proceso constructivo desde el inicio. Por eso, la fiscalización no se limita a observaciones visuales, sino que incluye protocolos técnicos, análisis de documentación y entrevistas con personal responsable.

La articulación de distintas áreas del Estado es vista como una fortaleza frente al desafío que implica una obra de esta magnitud. Según fuentes oficiales, se prevé que este modelo de control conjunto se repita en otras grandes iniciativas estratégicas.

En el plano comunicacional, el gobierno promueve la transparencia informativa como herramienta de legitimación. Las inspecciones son difundidas de manera oficial y sus resultados están disponibles para la ciudadanía, lo que fortalece el vínculo entre el Estado, las comunidades locales y los actores privados involucrados.

La obra del oleoducto Vaca Muerta Sur no solo representa una oportunidad para el desarrollo energético argentino, sino también un desafío en términos de gobernanza ambiental. En este escenario, Río Negro asume el compromiso de ser garante del equilibrio entre producción, ambiente y derechos.

Con un modelo de control basado en la prevención, la técnica y la cooperación institucional, la provincia marca un camino posible: el del desarrollo con conciencia.

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