En un mundo donde 1 de cada 3 personas carece de acceso a agua potable, la tecnología de los atrapanieblas emerge como una solución innovadora. Estos dispositivos, diseñados para capturar el agua de la niebla, están ganando terreno en regiones áridas y desérticas.

Expertos de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW) señalan que generar agua a partir del aire es una herramienta prometedora para comunidades sin acceso a fuentes de agua dulce. Aunque la viabilidad comercial a gran escala aún está en desarrollo, esta tecnología podría ser crucial en áreas con alta humedad.

Los atrapanieblas, estructuras artificiales compuestas por mallas que condensan la niebla y canalizan el agua hacia tanques de almacenamiento, se han implementado con éxito en países como Chile, Ecuador, Perú y otros lugares donde la niebla es frecuente. En el desierto de Atacama, Chile, esta tecnología ha demostrado ser particularmente efectiva, transformando la niebla costera en una fuente vital de agua.

Este método no solo es sostenible, sino también adaptable a diferentes condiciones climáticas, ofreciendo una solución viable para las comunidades que enfrentan escasez de agua. Aunque no resolverá el problema global del agua, los atrapanieblas representan un avance significativo en la lucha contra la crisis hídrica mundial.

Este enfoque se ha destacado en la región norte de Chile, donde el desierto más árido del mundo ha encontrado una forma innovadora de aprovechar la humedad del océano. Gracias a pioneros como Carlos Espinosa Arancibia, la tecnología de los atrapanieblas ha evolucionado y se ha perfeccionado, convirtiéndose en una herramienta esencial para muchas comunidades.

Los resultados actuales indican que estos dispositivos pueden recolectar entre 2 y 10 litros de agua por metro cuadrado al día, un recurso valioso para las zonas que dependen de la niebla para su suministro de agua potable.