Por Andrea Vázquez.-El proceso se inició hace dos años y hoy es miembro activo de la Red de Hospitales Verdes. Se trata del hospital de Complejidad Media, con asiento en Cutral Co y Plaza Huincul.
Erica De Andrade y Lucas Fiodorow, son los trabajadores que impulsaron el proyecto (Fotos: gentileza).
En el hospital de Complejidad Media, con asiento en Cutral Co y Plaza Huincul el personal está abocado a concientizar sobre el cuidado del medio ambiente, y en el último año lograron reciclar 2.518 kilos de cartón; 1.1172 kilos de plástico; 40 de vidrio y 328 de papel. Este proceso permitió que sea declarado como miembro activo de la Red de Hospitales Verdes.
Erica De Andrade, es licenciada en Enfermería y presidenta del comité de Salud Ambiental del establecimiento y junto al técnico Lucas Fiodorow, que se desempeña en mantenimiento y es el vice, se volcaron desde el 2021, a trabajar sobre el reciclaje de los materiales que se utilizan a diario en el hospital de Complejidad Media.
Erica relató que en 2020 intentó empezar, pero la pandemia de Covid-19 impidió que se pudiera concretar. Lo reanudaron en 2021. «Nos reunimos entre los dos y le dimos impulso al proyecto que es muy abarcativo», dijo Erica.
El punto de partida fue el servicio de terapia intensiva, donde Erica trabajaba. Entonces, fue una prueba piloto porque se «tiraba mucho y no se separaba. Se adaptaron bastante bien, costó un poco más en el resto de los sectores», acotó.
Todo lo recuperable empezó a reunirse: papel, cartón, plásticos y vidrios. «Todo es un compromiso que la gente tiene que asumir. Forma parte de la concientización y una buena práctica que queremos que vaya creciendo, la idea es extenderlo a los centros de Salud», subrayó.
La impulsora de la iniciativa relató que la intención era incorporarse a la red de Hospitales Verdes, porque reciben ayuda y asesoramiento sobre las metas a seguir. El proyecto es muy amplio porque se busca que incluya a la energía eléctrica, el agua, el reúso de las aguas residuales. Por ahora, el circuito de los residuos lo tienen organizado.
Ya cuentan con un depósito, que es el espacio que se dedican a la separación del cartón y del material que puede ser recuperado de los desechos patológicos. En este caso, por ejemplo, los envases de los sueros (no las guías) que antes se tiraban y ahora se recuperan siempre y cuando no hayan estado en contacto con enfermedades infectocontagiosas, o con sangre.
«Es significativo el residuo patológico que se redujo al separar, tanto en costo como en el cuidado del medio ambiente. Se redujeron 500 kilos aproximadamente y no estaban todos los sectores incorporados», ejemplificó. En lo que va de este año ya lograron llenar seis bolsones de 40 kilos cada uno.
A lo largo de todo este tiempo, se logró conformar el circuito de qué destino darles a los materiales. Todo el plástico se lo entrega a la empresa de Plottier, y por ejemplo, ya tienen dos bancos que fueron dispuestos en la guardia provisoria que luego pasará a la definitiva.
El material más fácil fue el papel y se inició en el servicio de Esterilización. Todos los envoltorios utilizados para los materiales van a reciclaje. En el sector de Administración tampoco hubo inconvenientes y fue muy rápido el hábito. Tanto el papel, como el cartón de las cajas de guantes, medicamentos, entre otros.
El cartón -cuando se reúne una determinada cantidad- se llama a los recuperadores que vienen con un camión, y esa carga es donada. En el caso del vidrio se envía a la fábrica de Plaza Huincul. El papel también se envía a los internos de la Unidad de Detención N° 21 que elaboran los ecoleños que luego se reparte entre las familias con situaciones de vulnerabilidad y sin el servicio de gas natural.
El servicio de Cocina -que funciona terciarizada- también tuvo su participación. El punto de partida fueron los plásticos, las cajas vacías y los elementos orgánicos que son destinados a la huerta que tiene el hospital para elaborar compost.
El cambio profundo se observó en la cocina con la entrega de la comida para los pacientes y para los profesionales médicos que se encuentran de guardia. Se logró cambiar el material descartable por los plásticos reutilizables.
«Las bandejas, el papel film, los vasos descartables se cambiaron por vajilla de vidrio», aclaró. A partir de este proceso que son de pequeñas acciones cotidianas e individuales lograron este proceso colectivo de aportar para el cuidado del medio ambiente.
Aunque el proceso no es solamente de reciclar sino que aprovechan para, por ejemplo, plantar árboles en el mismo predio.
«Es más un compromiso, esto no termina acá, asumimos el compromiso de seguir sumando y aportando para el cuidado con el medio ambiente», concluyó Érica.
Este contenido fue originalmente publicado en RÍO NEGRO y se republica como parte del programa «Periodismo Humano», una alianza por el periodismo de calidad entre RÍO NEGRO y RED/ACCIÓN.
Fuente: www.redaccion.com.ar