La propuesta se basa en utilizar más de 60 millones de toneladas de residuos urbanos y rurales anuales, además de aplicar la energía solar, para generar y abastecer el consumo eléctrico de la provincia. Será exhibida durante un evento en Ecuador.
El proyecto de un ingeniero pampeano para cubrir la demanda de toda la provincia con electricidad generada a través de la utilización de los residuos urbanos y rurales y la energía solar fue seleccionado entre las mejores 500 propuestas presentadas a Latinoamérica Verde, un evento que se realizará entre el 14 y 16 de agosto en Ecuador.
La idea es del ingeniero Raúl Mieza, que tiene en Miguel Cané una fábrica de ingeniería con más de tres décadas de experiencia en la utilización de energías limpias para la generación de calor aplicado. La propuesta se basa en utilizar más de 60 millones de toneladas de residuos urbanos y rurales anuales, además de aplicar la energía solar, para generar y abastecer el consumo eléctrico de la provincia.
Mieza destaca que La Pampa cuenta con el 67% de fracción solar o días de sol pleno. Y que como residuos de biomasa se toman el estiércol de los vacunos -calcula que en la provincia hay 3.500.000 vacunos- y la basura domiciliaria.
El proyecto fue seleccionado como parte del ranking de los 500 mejores proyectos ambientales y será exhibido durante el evento, además de recibir una certificación oficial. Como todo este tipo de propuestas, el talón de Aquiles es la dificultad para conseguir el financiamiento.
Biodigestores y carteles solares
Mieza propone aprovechar las leyes 26.190 y 27.424, el régimen de fomento nacional para el uso de fuentes renovables, que todavía no fue reglamentada, y tiene como destino la producción de energía eléctrica mediante estos recursos renovables, residuos de biomasa y energía solar, para generar energía eléctrica e inyectar al sistema eléctrico nacional.
“Se realizaría con un equipo de más de 800 biodigestores de 300 m3 cada uno, con toda la tecnología moderna. Además, la instalación de un equipo de energía solar fotovoltaica por cada medidor de la provincia, entregando entre 1.000 kW a 2.000 kW mensuales. Además, el agregado de energía solar para calentar aire y acumular en piedras para calefacción y refrigeración de las casas. Además, en cada localidad el señalamiento con energía solar en el acceso a las localidades. Por último, agregaríamos destiladores de agua para eliminar el arsénico y el secado de cereales con energía solar con piedras”, precisó.
Según Mieza, la puesta en marcha del plan depararía cinco soluciones a problemáticas sociales y ambientales. En primer lugar, en cuanto al impacto social, se proveería de energía sostenible 100% libre de contaminación y, al ser vendida por la red eléctrica, solucionaría las necesidades eléctricas básicas de los hogares. “Una solución social muy importante con la incorporación de mucha mano de obra y la inclusión de operadores marginales”, destacó.
Respecto al impacto urbano, sostuvo que la mejora de la higiene de las localidades reduce la emisión de contaminantes a la atmósfera, como el gas metano y su filtración al subsuelo, evitando la contaminación del agua. Se mejora el medio ambiente y la salud de la población, se eliminan olores y se evitan enfermedades. También destacó el impacto económico: se utiliza materia prima barata para producir energía (Sol y fundamentalmente estiércol vacuno), que es una entrada económica para las comunidades, y además del ingreso por la venta de fertilizantes orgánicos y materiales reciclables.
Mieza mencionó además un impacto cultural. “La ciudadanía bien orientada adquiere conciencia y valores sociales por el destino final que se le dan a los residuos y que promueven otras actividades alrededor del relleno sanitario, como la construcción de parques infantiles y prácticas deportivas como el fútbol”, explicó.
Finalmente, indicó un impacto tecnológico, ya que propone incorporar tecnología de última generación a nivel mundial y estar a la altura de los países más desarrollados.
La sostenibilidad económica del proyecto apunta a la ley 27.414, pero también al fertilizante obtenido de los biodigestores de primera calidad y de fácil implementación, además el biogás obtenido por el estiércol vacuno y la basura que se utiliza como combustible en vehículos y maquinaria agrícola, lo que asegura su rentabilidad y mejora en el medio ambiente. La energía solar tiene su rentabilidad en la generación eléctrica y su reemplazo de combustibles para la generación de calor.
El premio
Los Premios Latinoamérica Verde surgieron en 2013 en el marco de la Cumbre Internacional del Medio Ambiente. Estos tuvieron sede en Guayaquil, Ecuador. Se observaron 109 casos registrados y la participación de 19 ciudades.
En el año 2014 se suma una red de aliados nacionales e internacionales para fortalecer la convocatoria latinoamericana y así poder lograr la participación de ONG, empresas, PyME, sector público e iniciativas personales de manera gratuita. Entre ellos, participa la Municipalidad de Guayaquil, la Banca de Desarrollo de Latinoamérica y otras empresas que financian el evento.
Para el año 2015 se realizó la primera versión latinoamericana, logrando un total de 1.054 casos de 159 ciudades de 24 países.
En 2016, el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD) se unió a la red de aliados. Los resultados de participación sumaron un total de 1.407 casos de 530 ciudades y 25 países. En 2017, participaron 2.407 casos de 679 ciudades y 36 países.