De cara al comienzo de los trabajos, Ambrosius destacó que la obra es fundamentalmente logística, porque participan -a grandes rasgos- tres grandes ítems: la inversión de las turbinas, con las torres y sus hélices; la obra civil, que comprende la construcción de los caminos para que lleguen las grúas a instalar e izar los mástiles y las turbinas, y construir las fundaciones; y la ejecución del interconectado eléctrico entre los molinos, los puestos de transformación, la línea que va a vincular el parque eólico con el sistema interconectado nacional y el puesto de seccionamiento.

Viento Reta es el nombre de la sociedad que lleva adelante el proyecto Pampa 1. Está integrada en un 90% por el fondo Golden Peacks Capital, mientras que el 10% restante está compuesto por capitales privados argentinos y CELTA.

Cuando la producción esté en marcha, esta región sería la primera en verse favorecida con el destino de la energía. “Si gran parte de la energía que se consume es producida la región, se usa menos el transporte de la energía y eso se valora mucho. En términos reales, del 35% o 40% de lo que produzca el parque se va a consumir en el distrito de Tres Arroyos”, aseguró.

El proyecto también genera altas expectativas en el mercado laboral. Ambrosius anunció que durante el año y medio que tarde la construcción del parque se contratarán unas 300 personas.

“A esto se sumará la generación extra de trabajos periféricos basados en las necesidades de alimentación y alojamiento de toda esa gente. Es una movida comercial muy interesante. Esto es altamente positivo en el plano local y regional”, remarcó.

Ambrosius recordó que durante el encuentro que mantuvo con representantes de los fondos de inversión chinos, se habló de las multas a las que se exponen en caso de demorar el inicio de las tareas. “Estuve reunido con representantes chinos repasando todo, y mi idea es comenzar a construir: CELTA es muy concreta y clara en lo que dice. Si nosotros arrancamos en marzo, llegamos bien con los tiempos; no llegar bien con los tiempos significa multas, que son muy costosas”, aseguró.

Ambrosius también reconoció que el cambio que se busca introducir desde el gobierno nacional en la matriz energética argentina, a futuro puede redundar en una baja en la tarifa que pagan los consumidores.

“Hoy en la Argentina se están pagando 73 US$D/MWh, como promedio ponderado de todas las generaciones que hay en el país, cuando en la ronda 2 del RenovAr el valor promedio en energía eólica rondó los 41 dólares. Entonces, en la medida que se vaya mutando la matriz energética de Argentina, pasando de generar con gasoil a hacerlo con energía eólica, solar o biomasa, ese costo va a ir bajando. Pero es algo que ocurrirá a largo plazo, no de un día para el otro”, advirtió.

Por último, valoró la decisión inversionista y subrayó el grado de confianza logrado por Argentina para conseguirla. “Considero que la noticia es la más importante a nivel nacional. Sobre todo porque fue dada a conocer en el último día hábil antes del Año Nuevo Chino, que dura todo febrero”, finalizó. (Agencia Tres Arroyos).