La apropiación de los ríos pampeanos por las provincias aguas arriba se publicó en medios nacionales. El especialista en recursos hídricos Walter Cazenave relató el reclamo en Caras y Caretas y explicó el objetivo de Historietas de Testimonios, de la revista Cauce, editada por la Fundación Chadileuvú.
“Oriundo de General Pico, La Pampa, Walter Cazenave es guionista de Historietas de Testimonios, de la revista Cauce, editada por la Fundación Chadileuvú”, comienza la nota escrita por Claudia Ainchil y publicada el 9 de febrero. “Es la síntesis de varios hechos, todos reales, relacionados con el agua en La Pampa, varios de ellos poco o nada conocidos. Los refuerzan algunos dibujos como motivadores de los lectores eventuales”, explicó el pampeano.
–¿Cuándo decidiste incluir la historieta en la revista Cauce? ¿Cómo se te ocurrió la idea?
–Cauce es la expresión informativa de la Fundación Chadileuvú que se edita desde hace años, primero impresa y actualmente en forma virtual debido a los costos. Nace al considerar formas de comunicar e interesar al público sobre la problemática del agua y de los ríos en La Pampa. La idea surgió de mi parte hace ya muchos años al considerar que la historieta es mucho más que un mero entretenimiento y que la problemática, que conozco técnica y humanamente, tiene detrás historias fascinantes e ignoradas.
–¿Qué te motivó a escribir los guiones?
–Darle una forma esencial y accesible a sucesos poco conocidos y que a menudo sintetizan formas de vida y sentimiento. Las había encontrado trabajando como periodista o en conversaciones con pobladores o gente versada en el tema. De hecho, el primer impulso estuvo allá por los 15 años, cuando en un viaje como camionero atravesé el cauce seco del río Chadileuvú y me enteré someramente del corte del Atuel.
–¿Qué relación hay entre el ambiente y el arte?
–En La Pampa la relación es profunda, especialmente por la labor de los artistas de la generación de los años 70, 80 y 90 que volcaron en sus obras la influencia del paisaje y el sentimiento de los pobladores de los desiertos del oeste provincial ante la apropiación de los ríos por las provincias de aguas arriba, una verdadera tragedia humana y ecológica. Es de hacer notar que la problemática de los ríos fue planteada por los artistas –músicos y poetas esencialmente– antes de la acción oficial.
–¿Por qué escribís?
–Escribo por una pulsión que me viene desde muchos años atrás, en la adolescencia, en una secuencia que va desde “el bicho raro” familiar y pueblerino hasta la asunción de que lo emocional, variado, debía expresar lo que tenía dentro de mí. Influyeron el paisaje y el periodismo. Hubo, y hay, algunos atrevimientos con la poesía, pero comprendí, especialmente después de leer a los grandes autores, que mis posibilidades estaban en el cuento y el relato de la vida y la historia de lo que me rodeaba. Me apoyé en la frase atribuida a Tolstoi: “Háblame de tu pueblo y me dirás del mundo”. Junto con otras actividades aparentemente no afines la literatura, me ayudó a superar alguna timidez y complejos.
–Desde el primer número en que apareció la historieta, ¿en qué cambió, qué agregados le hicieron?
–Fundamentalmente cambió en una afirmación en el dibujo y la integración con los dibujantes, que parecen haberse adentrado en las narraciones, todas auténticas por otra parte.
–¿Quiénes participan?
–Al margen de mi condición de autor de todos los argumentos, y sin censura alguna, detrás de los trabajos hay un equipo de dibujantes que, con gran esfuerzo, venían plasmando obras diversas. El grupo actúa bajo la denominación de “HB historietas pampeanas” y, pese a las dificultades, llegó a editar una revista. Ellos perciben una retribución por parte de la Fundación Chadileuvú.
Revista.
Cazenave explicó en Caras y Caretas que “Cauce fue concebida como la palabra oficial de la Fundación y concretó la idea de contar con un medio público y accesible. Está abierta a cualquier idea dentro de los temas que trata y solicita y acepta colaboraciones. En los últimos años debió adquirir la forma virtual. Además, al hecho de defensa de los ríos pampeanos, el otro propósito de la Fundación es el resguardo del medio ambiente. En cada número publica una editorial que comenta un tema relativo a la actividad en general”.
–En los tiempos en que empecé a recorrer el oeste, la ruta 151 –vital para la comunicación con el norte de la Patagonia (región afín con la parte occidental de la provincia)– a la vera de la ruta había una serie de carteles oficiales de Vialidad Nacional que recogían la antigua toponimia indígena y cristiana de esos lugares. Algunos de ellos eran muy antiguos y expresivos, relativos a los enormes bañados de los ríos Atuel-Chadileuvú –unos 5 mil kilómetros cuadrados– que orillaban el camino. Desaparecieron cuando se asfaltó la ruta y nunca fueron repuestos.
Sobre el autor.
Para finalizar, el medio mencionado recorrió la historia de Walter Cazenave: En su juventud recorrió casi toda la provincia, ya por motivación propia, ya como camionero, oficio en el que se desempeñó por algún tiempo. Maestro normal en 1960; ejerció en escuelas rurales durante varios períodos. Por los mismos años se inició en el periodismo provincial, y en forma esporádica, en algunas publicaciones nacionales.
“Obtuvo los títulos de profesor de Historia y Geografía y de licenciado en Geografía, especializándose en recursos hídricos. Ejerció la docencia en el nivel secundario y superior. En la Universidad Nacional del Sur se doctoró en Geografía Física y su tesis fue premiada por la Academia Nacional de Geografía. Realizó cursos de perfeccionamiento en el exterior del país. Hizo publicaciones de su especialidad; también artículos en revistas nacionales y extranjeras.
En el campo de la literatura se dedicó al cuento, poniendo el acento en lo regional-universal. Tiene varios libros publicados. Por su tarea técnica y cultural recibió algunas distinciones en el orden provincial. Fue designado integrante de la Academia Porteña del Lunfardo. Es miembro-asesor de la Fundación Chadileuvú, en pro de la recuperación de los ríos pampeanos.
Fuente: www.laarena.com.ar