Ushuaia – La ciudad de Ushuaia fue el punto de partida de la última etapa del proyecto científico “El Polo Frío”, iniciativa que lleva adelante la Sociedad Geográfica Rusa y que tiene como objetivo la investigación del mundo subacuático.

Está a cargo de una delegación de investigadores y destacados buzos especialistas en diversos campos de la actividad bajo el agua, entre ellos fotógrafos, atletas, periodistas y científicos de la Federación Geográfica de Rusia.

El proyecto “El Polo Frío” se divide en tres etapas. Las dos primeras ya se concretaron exitosamente en el Polo Norte. La tercera y última lleva el nombre “Antártida 100” y tuvo su inicio en Ushuaia el pasado 5 de diciembre a las 4 de la mañana, cuando la delegación rusa partió hacia las frías aguas de la Antártida para alcanzar el récord mundial de sumersión técnica y con eso concluir el proyecto. El equipo, integrado por 10 buzos profesionales, cuenta con una gran trayectoria y con mucha experiencia en el mundo subacuático.

Cabe mencionar que en la segunda etapa del proyecto, en el Polo Norte, con una temperatura exterior de alrededor de 60° bajo cero, realizaron su sumersión a la perfección y con mucho profesionalismo, demostrando de esa manera que son verdaderos hombres de valor.

El propósito de la etapa que se realiza en la Antártida es sumergirse a una profundidad de 100 metros y con eso batir el récord mundial del buceo técnico en la Antártida.

Además, el proyecto lleva un mensaje por la paz mundial reuniendo tres religiones ya que a la Antártida fueron llevados la Torá (el libro del judaísmo), el Corán (el libro de la religión musulmana) y el Ikona (el símbolo sagrado de la Iglesia Ortodoxa Rusa). El objetivo es demostrar que el Mundo puede vivir en paz a pesar de la religión de cada uno.

Bajo ese espíritu el líder de la delegación, Dmitriy Shiller, sostuvo que Ushuaia “no es el fin del mundo, sino el comienzo de algo grande”. El último tramo del proyecto “Antártida 100” se realizó con el apoyo de la Casa Rusa de Ushuaia en el Fin del Mundo.

FUENTE: El Diario del Fin del Mundo