MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

Bahía Exploradores, en Aysén, se une a red global que estudia cambios en el medio ambiente

AYSÉN.- En enero de 2018, este lugar se sumará a los once observatorios de la interacción humana y su impacto en el entorno, vinculados al Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS). Aquí se trabaja desde 2013 en microbiología, registro de datos climáticos y caudales de ríos, ecología de suelos, catastros de especies de flora y fauna, entre otras áreas.

«Es como un pequeño cóndor», dice Eric Maire, investigador francés del laboratorio de geografía ambiental Geode, mientras sostiene en sus manos las alas del dron liviano eBee que trajo hasta bahía Exploradores en la región de Aysén, para captar imágenes en áreas inaccesibles y de un relieve complejo. En su primer sobrevuelo, esta herramienta dirigida a control remoto, que pesa menos de un kilo y se eleva hasta los 140 metros, pudo captar más de cincuenta fotografías en un barrido aéreo programado con un tiempo máximo de 40 minutos. Las imágenes, de alta resolución, se utilizan para elaborar cartografías de vegetación y cursos de agua.

Maire forma parte de un equipo de cuatro investigadores galos del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) que encabeza Didier Galop, doctor en Geografía, quien ya ha venido a la zona al menos tres veces. Viajaron desde Toulouse (Francia) para integrarse, por una semana, a otras treinta y cinco personas en una expedición científica de la Estación Patagonia de investigación interdisciplinaria de la U.Católica, en Bahía Exploradores, en la costa de Aysén, 350 kilómetros al sur de Coyhaique.

Monitoreo ambiental

Los expedicionarios se trasladaron desde Santiago a Balmaceda, y de ahí a bahía Exploradores por la ruta de los glaciares. Les tomó casi 12 horas llegar a un refugio en las cercanías del embarcadero, desde donde zarparían al día siguiente para navegar en lancha o zódiac 40 minutos por los fiordos rumbo a la Estación Patagonia.

Se trata de un enclave aislado, donde la U. Católica administra desde 2009 un terreno de 5.080 hectáreas que le otorgó en concesión Bienes Nacionales para desarrollar un campo base para investigaciones. Ahí, desde 2013, hay varios proyectos en curso, tales como el monitoreo microbiológico de ríos y fiordos para detectar contaminantes y metales; un registro de datos climáticos; la evaluación de caudales en ríos; estudios de ecología de suelos; catastros de flora y fauna, y el impacto de la introducción de especies, entre otros temas. Pero, además, se investigan mecanismos de toma de decisiones sobre desarrollo territorial en zonas aisladas (proyecto Fondecyt) y cómo se ha desarrollado la historia ambiental del valle.

Los recibe un clima frío, la mayoría de las veces inhóspito, porque llueven entre 3 mil y 4 mil milímetros al año e incluso nieva, como ocurrió este invierno, aunque a veces hay «ventanas de buen tiempo» que alivian el muestreo y la recolección de datos desde sensores en ríos y bosques.

El director de la Estación Patagonia UC, Alejandro Salazar, profesor del Instituto de Geografía, quien lidera desde su inicio el proyecto nacido en esa unidad, cuenta que con el tiempo se sumaron académicos de Historia, Ciencias Biológicas, Agronomía y Arquitectura, pero además pudieron atraer a investigadores del CNRS de Francia y otras instituciones nacionales, entre ellas la U. de Magallanes y la U. de Aysén. Más de un centenar de personas han pasado por aquí: alumnos de pregrado y postgrado de investigación, entre ellos varios extranjeros que realizan postdoctorados en Chile.

La naturaleza concentró aquí un puñado de bosques frágiles, ríos, lagos, glaciares y fiordos, que convergen en «la zona de amortiguación» del Parque Nacional Laguna San Rafael, que es reserva de la biósfera, lo que ha hecho crecer el interés por investigar en esta área poco intervenida. También, porque la zona está experimentando rápidamente cambios. Desde el año pasado hay un puente para vehículos livianos, que conectó bahía Exploradores con el camino a Puerto Río Tranquilo, un caserío de unos 400 habitantes junto al Lago General Carrera, donde pasan cada año unos 20 mil visitantes, lo que puede aumentar. Esto implicará sumar nuevos impactos de la actividad humana a los ya existentes, como las concesiones acuícolas a la industria salmonera en los fiordos.

Por eso, un gran desafío será monitorear en el largo plazo las modificaciones en el ambiente, explican. En ese marco, en enero de 2018, la rectoría de la UC suscribirá un convenio con el Instituto Nacional de Ecología y Medio Ambiente del CNRS, y así la Estación Patagonia se sumará a la red mundial del Observatorio del Hombre Medio LabEx DRIIHM (sigla que alude a un dispositivo de investigación interdisciplinaria sobre las interacciones humano-ambientales).

Didier Galop, del CNRS, quien participa de esta red que hoy tiene nexos en once lugares del planeta, opina que el valle de Exploradores en Aysén «es un observatorio muy interesante para estudiar las interacciones del hombre y el medio, porque esta era un área muy protegida hace cuarenta años, con muy poca gente y una naturaleza salvaje, virgen (…) y va a cambiar mucho».

Existen observatorios OHM en varios sitios del mundo donde se estudian impactos de la actividad industrial, urbana, minera, portuaria sobre el ambiente y los ecosistemas, entre otros. Están en Francia (Provence, costa Mediterránea, en Bas Rhin en la frontera con Alemania, en el valle del Rhone, en Haut Vicdessos, Pirineos), en Oyapock (Guyana Francesa) en un río fronterizo con Brasil; en Estarreja (Portugal), en Canadá; en Pima County en Tucson (Estados Unidos); y en Guadalupe, en las Antillas en el Caribe.

A futuro, remarca Salazar, el plan es que los datos que se han recolectado en los últimos años en Bahía Exploradores queden disponibles en esta red global y en otras de monitoreo ambiental . Además, se podrá realizar un concurso abierto con fondos para que investigadores de Chile y de otros países vengan a realizar sus proyectos en esta zona.

Avanzan obras de refugio sustentable

Hace unos cuatro meses comenzaron las obras de un pequeño albergue sustentable para alojar a unos diez investigadores, el que se sumará a la plataforma con dos domos en que la Estación Patagonia ha estado operando. Además, con maestros de la zona se construyó una pasarela para sortear los mallines y llegar a uno de los pocos lugares planos, donde alguna vez vivió un antiguo colono, lo que hubo que rastrear con lugareños.

Francisco Chateau, académico de Arquitectura, dirige ahora la construcción de un sencillo refugio. Trabajan nueve personas, lo que incluye expertos en energía solar y en sistemas de agua. Los arquitectos Felipe Elton y Germán Guzmán «cubicaron» los materiales, que llegan en decenas de viajes en botes. Traerán el techo en enero. «Lo más complicado de esta obra es estar tan lejos. Lo que no trajiste no lo tienes no más», comenta, y añade que las lluvias interrumpen las faenas muy a menudo.

La directora de investigación de la UC, María Elena Boisier, quien vino por primera vez a la Estación Patagonia, señala: «Es interesante ver en terreno la interdisciplina y cómo se está cubriendo toda la cadena desde pregrado, que puede entusiasmar a los alumnos con la carrera de investigación, hasta científicos que se dedican full y llevan muchos años en esto, lo que permite crear lazos estrechos porque se trabaja en distintos ambientes, en botes, lo que saca de la interacción regular».

Coincide Alejandro Dussaillant, director de investigación de la Universidad de Aysén, cuyo plantel es ahora un aliado en la región: «Aquí aparece la investigación como tiene que ser ahora, en que los problemas no pueden ser abordados por una sola disciplina, una sola institución o una sola mirada».

«Somos chicos: solo 14 académicos y seremos 20 en marzo, pero tenemos tres núcleos de investigación y buscamos socios nacionales e internacionales», dice. Ya tienen un logro: la U. de Aysén ganó su primer Fondequip (fondo de equipamiento) con un dron multiespectral, que llegará en abril para el monitoreo de recursos naturales, el que se usará en la Estación Patagonia UC que integra el proyecto, junto a otras instituciones.

En 1932, el explorador Augusto Grosse navegó por el río Exploradores. Se adentró en el valle, por encargo de Vialidad, para trazar un camino hacia la costa. Esa ruta se terminó en 2010, pero faltaba un puente que se levantó el año pasado. Los turistas han ido en aumento, lo que generará cambios en la zona.

Fuente: http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=424637