MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

En la Meseta Central los habitantes quieren trabajar la minería

Gastre.-El viernes último, las comunidades de Gastre, Gan Gan y poblados aledaños, se reunieron a debatir acerca de la minería, más específicamente del proyecto Navidad que lleva a cabo la empresa Pan American Silver, que se encuentra a mitad de camino entre las poblaciones. El Diario recorrió los 400 kilómetros que separan Puerto Madryn de Gastre y dialogó con los principales referentes de las comunidades, quienes se mostraron a favor del inicio de las operaciones del proyecto, el cual se encuentra frenado por la vigencia de la ley 5001. Francisco Chiquichano, presidente de la comunidad aborigen de Blancuntre y Marcelo Barriocanal, de Lagunita Salada, expusieron las razones por las cuales sus comunidades apoyan el comienzo de la explotación minera en la zona.

Falta información

Blancuntre, ubicado dentro del departamento de Gastre, cuenta con unas 37 familias y 76 pobladores, según el último Censo Nacional y su presidente, Francisco Chiquichano, comentó acerca de la posición ante la minería que “la opinión de mi comunidad está dividida, hay gente que está muy conforme y gente que dice no estar conforme, pero están desinformados, es gente de campo que en general no viaja. No se discute sobre el tema porque la gente en general no se arrima a las reuniones, de alguna manera somos nosotros los que informamos a la gente qué es lo que pasa y qué es lo que puede pasar”, explicó el poblador.

Vivir del suelo

Por tratarse de una comunidad pequeña, las oportunidades de progreso son muy pocas y uno de los principales problemas, tanto en Blancuntre como en el resto de los pueblos, pasa por la migración de los jóvenes hacia las grandes ciudades, lo que hace que en poco tiempo, estos pueblos puedan desaparecer.
“Actualmente vivimos de la pequeña ganadería, que es cada vez más pequeña, cada vez queda menos gente, muchos apenas subsisten”, explica Chiquichano, y agrega que “la falta de trabajo es total, por eso la gente tiene que emigrar, principalmente la juventud, y solo va quedando gente mayor. Si quieren estudiar se tienen que ir a la ciudad y lo más triste es que en general no vuelven, porque no hay oportunidades acá. Eso es lo que está pasando en nuestra zona”, dijo.

Buenos ojos
Lagunita Salada se encuentra 70 kilómetros de Gastre, registra poco menos de 200 pobladores y también se manifiesta a favor de la actividad minera.
“Hoy vemos con buenos ojos a la mina, porque nosotros pensamos en ser, no solamente trabajadores mineros, sino aprovechar esta oportunidad para tener infraestructura, impulsar la economía local. Siempre fue muy similar nuestra posición, pero en su momento tuvimos que informarnos para saber si nos convenía o no. Entonces, conseguimos la información suficiente a través de nuestra misma gente que se fue a trabajar a Comodoro y a minas en Santa Cruz, donde ellos nos contaron una realidad que es distinta a lo que se dice a veces”, explicó Marcelo Barriocanal, quien agregó que “sabemos cuáles son los riesgos, pero queremos ser partícipes también del control, no es que solamente queremos trabajar, queremos ser partícipes en todas las etapas. La mina hoy sería la oportunidad nuestra de salir adelante y tenemos la chance de ser partícipes directos”.

Sin alternativas

Con respecto a la ocupación de los pobladores de Lagunita Salada, Barriocanal advierte que “la comunidad rural está conformada más o menos por 200 habitantes, de los cuales vivimos prácticamente del Estado, no hay ni una actividad por afuera de ello. Somos empleados públicos, asistidos, y nos pasa lo mismo que contó Chiquichano, que los jóvenes primero se van a los pueblitos y de ahí migran a la ciudad. Hasta ahora no hemos encontrado otra alternativa que la minería, por ahí la hay, pero nosotros no la conocemos, es como que esto nos cayó del cielo y la queremos aprovechar. El turismo sería impensable por una cuestión no solamente demográfica, sino de infraestructura. Otra cosa que no se ven son ovejas, pensar en reflotar la ganadería hoy sería inviable, le costaría mucho al Estado por cada habitante de la meseta para reflotar la ganadería”, afirmó.

Fuente: El Diario de Madryn