MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

RÍO NEGRO.Hasta ahora nadie se adjudicó lo que para el Club Andino Bariloche fue un ataque al refugio de montaña conocido como Jakob.
Pero como en el lugar aparecieron escritos que prometen venganza por las agresiones contra la comunidad mapuche y reclaman la liberación de Facundo Jones Huala, cuya extradición reclama Chile, el episodio pasó a ser rápidamente considerado como una secuela del incendio de otro refugio, Neumeyer, en octubre de 2014.
09 JUL 2017 – 00:00

 

 Hasta ahora nadie se adjudicó lo que para el Club Andino Bariloche fue un ataque al refugio de montaña conocido como Jakob. Pero como en el lugar aparecieron escritos que prometen venganza por las agresiones contra la comunidad mapuche y reclaman la liberación de Facundo Jones Huala, cuya extradición reclama Chile, el episodio pasó a ser rápidamente considerado como una secuela del incendio de otro refugio, Neumeyer, en octubre de 2014.

“Ha dejado atrás el tiempo, ahora marcha rumbo al sol, sobre el alma del tehuelche puso el sello el español”, decía hasta hace sólo cuatro años el Himno de Río Negro.

Es difícil encontrar vestigios de lo que fue el territorio rionegrino sin la presencia del criollo. Los borraron, como bien enseña el Himno.

Adrián Moyano, periodista e historiador de Bariloche, plantea el “hecho insoslayable de que el Estado argentino, para constituirse a sí mismo, pisotea los derechos territoriales y políticos de pueblos distintos al argentino”. Y advierte que las consecuencias son “que un pueblo distinto del argentino todavía no pueda gobernarse a sí mismo, haya perdido su libre determinación, su autonomía, no tenga posibilidades de decidir de qué manera desarrollarse económicamente, de decidir de qué manera se educa o de qué manera recrear su espiritualidad. El problema de fondo de los reclamos territoriales es la vigencia de un orden colonial que tiene como víctima al pueblo mapuche”.

Por ahora la Justicia Federal no dio información sobre las pistas que sigue en la investigación el fiscal Jorge Bagur Creta, que es además secretario del Tribunal de Ética del Club Andino, denunciante en la causa.

La mención en los panfletos hallados de Jones Huala y las reivindicaciones de su grupo de pertenencia, la Resistencia Ancestral Mapuche (que se había adjudicado el ataque al Neumeyer), despertaron en redes sociales una increíble sucesión de agresiones y extraños nacionalismos. Nada nuevo. El insulto es de una simpleza que define a quien lo emite; más complejo sería tratar de entender que la solución no es la eliminación del otro ni la destrucción de sus obras. La posición beligerante de grupos como el de Jones Huala no es acompañada por otras entidades representativas de las comunidades mapuches, muchas de las cuales viven estas acciones como un retroceso.

Pero por otro lado es difícil, si nadie se adjudica la acción, conocer la intención que tuvieron los autores del ataque. En el juicio de extradición de Jones Huala que realizó la Justicia Federal de Esquel quedó en evidencia una sociedad entre fiscales, policías provinciales y agentes de inteligencia de la ex-SIDE que investigó al dirigente mapuche antes de que Interpol emitiera un pedido de detención.

Jones Huala fue detenido por última vez el 27 de junio por la tarde en el puesto de control de Gendarmería de Río Villegas, al norte de El Bolsón, horas después de que el secretario de Derechos Humanos argentino, Claudio Avruj, se reuniera con su par chilena, Lorena Fries, y hablaran sobre que se extradite a Jones Huala.

El dirigente mapuche estaba libre desde el 6 de septiembre de 2016 porque el juez federal de Esquel, Guido Otranto, declaró nula una detención anterior debido a que la Policía de Chubut obtuvo bajo tortura la declaración de un testigo, Gonzalo Cabrera.

El juez no rechazó la extradición; ni siquiera se pronunció sobre el trámite. Dispuso la libertad de Jones Huala por lo irregular de la detención. La fiscalía apeló y el expediente está ahora en la Corte Suprema.

El dirigente mapuche adujo, en varias entrevistas periodísticas, que nunca se ocultó desde que salió en libertad, el año pasado.

El juez federal subrogante de Bariloche Gustavo Villanueva inició el trámite de extradición, dio aviso a la Cancillería chilena y a la Corte Suprema. Y dispuso que Jones Huala permaneciera detenido durante 30 días.

Es posible que la Corte se expida recién en agosto. Para entonces se habrá cumplido el plazo de detención ordenado por el juez Villanueva.

El Club Andino denunció que fue un ataque y en Bariloche enseguida se multiplicaron las voces exaltadas contra la comunidad mapuche. Nadie se adjudicó hasta ahora la acción.
La Justicia Federal debe investigar en un escenario sumamente confuso, en el que aparecen denuncias de torturas y la presencia de agentes de inteligencia.
Fuente: Diario Rio Negro