La Facultad de Ingeniería de la UNLP lleva adelante el asesoramiento y la inspección del proyecto de construcción de las represas “Presidente Néstor Kirchner” y “Gobernador Jorge Cepernic” sobre el río Santa Cruz. Una obra que tiene como escenario la imponente belleza de los lagos y glaciares del sur argentino, y que apunta a la producción de energía renovable en gran escala y apostar a un desarrollo industrial de la Patagonia.
A fines de agosto de este año, el gobierno nacional aprobó la construcción de las represas mediante una resolución conjunta de los ministerios de Energía y Minería, y de Ambiente y Desarrollo Sustentable. Pero dispuso que se adopten recomendaciones del informe de impacto ambiental aprobado en audiencias públicas, llevado adelante por el Congreso y Senado de la nación. Muchas de las propuestas fueron aportadas por expertos de la Facultad de Ingeniería.
“Nuestra manera de inspeccionar es casi un proyecto en paralelo para el Estado nacional”, aseguró el ingeniero Sergio Liscia, director del Laboratorio de Hidromecánica del Departamento de Hidráulica. Desde dicha área se realizaron modelaciones dinámicas con un programa tridimensional nunca antes utilizado en el país en una obra de estas características. “Estudiamos cómo funciona el agua, cómo se mueve, qué problemas tiene, qué perdidas de energía se producen, qué empujes, etc. Es decir, el diseño visto desde lo dinámico. Esto es un aporte importante porque, de otra manera, para poder controlar todas estas variables se deben realizar modelos físicos, que de todos modos se van a realizar, pero siempre son mucho más lentos porque requieren de construcciones físicas. Además se comienzan a construir cuando se aprueba el proyecto ejecutivo y llevan meses de construcción”, explicó el especialista.
El ingeniero habló sobre los alcances del trabajo en la charla denominada “Lo posible es lo sustentable: cambio de paradigma para un nuevo proyecto hidroeléctrico en la Patagonia Argentina”, que tuvo lugar en la Facultad y donde expuso sobre el panorama energético actual del país y de la necesidad de apuntar a una matriz energética sustentable.
El ingeniero hidráulico aseguró que hace 34 años que Argentina no realiza una obra de infraestructura hidroeléctrica de esta magnitud para el sector energético. En este contexto, aparece el proyecto del aprovechamiento hídrico en el río Santa Cruz.
Impacto ambiental
“El Lago Argentino nace en el río Santa Cruz y es uno de los más bellos del mundo. Es el más profundo de la Argentina. A unos 80 kilómetros, aproximadamente, se encuentra el primer cierre, que es donde va a estar la presa Presidente Néstor Kirchner y la central hidroeléctrica que lleva el mismo nombre.
A otros 80 kilómetros, aguas abajo, estará la segunda represa Gobernador Jorge Cepernic y la otra central hidroeléctrica. Luego, 120 kilómetros, aguas abajo, se entra en la ultima parte, en el estuario del río Santa Cruz, que tiene la particularidad de mezclar el agua dulce con el agua salada”, describió Liscia.
Entre los principales datos se destaca que el cierre N. Kirchner alcanzará una potencia de 950 MW, mientras que la J. Cepernic tendrá 360 MW. En total, suman 1.310 MW. “Argentina tiene actualmente disponibles 25.000 MW, aproximadamente, de potencia contando lo hidroeléctrico, lo térmico y lo nuclear. Lo hidroeléctrico llega aproximadamente a los 10 mil MW. La energía que generan los aprovechamientos hídricos del río Santa Cruz es de 3.300 EMA (energía media anual en GWh) en la central N. Kirchner y cerca de 2.000 EMA la central J. Cepernic. Son 5.250 GW por hora y por año”, detalló.
En conclusión, entre las dos represas aportarán al sistema eléctrico argentino el 4% en potencia y un total de 3,82% en energía.
En cuanto a las características de las obras, las presas estarán construidas con material suelto de la zona, con rocas y cara de hormigón (sus singlas en inglés son CFRD). Cada una de las dos presas tendrán una extensión de más de 2 kilómetros, siendo de las más largas del mundo en CFRD.
El proyecto modificado, adoptando las recomendaciones de impacto ambiental sugeridas por la Facultad, apunta a mantener las oscilaciones naturales del Lago Argentino. Para ello la presa Kirchner se bajó a 6,8 metros y el nivel de agua 2,40 metros. “Este cambio es un beneficio porque también descendió mucho el costo de las obras”, expresó Liscia.
Agregó que: “Energéticamente esto se compensó porque se pudo subir el nivel del cierre Cepernic, que además había que subirlo por cuestiones ambientales para que quede todo conectado hidráulicamente, y permita el funcionamiento empuntado de la primera central. De lo contrario, quedaba un sector en algunas horas del día con niveles de agua más bajos que los naturales”.
Los demás cambios están asociados a bajar el número de turbinas, de manera de bajar su costo y que en la presa Cepernic se garantice caudales naturales, ya que la represa paso de ser de semipunta a ser de operación de base, que además de las mejoras ya dichas permite un complemento ideal para el desarrollo de la energía eólica. Es decir, la segunda central no debe producir ningún cambio en los caudales que salen del Lago Argentino, para que los 120 kilómetros de ríos que quedan a la salida de la segunda central y el estuario del río Santa Cruz, donde se mezclan las aguas dulces (del río Santa Cruz) y salada (del mar), permanezcan sin modificaciones.
Liscia indicó que los dos grandes problemas son la naciente y la desembocadura. “La primera porque tiene el lago y los glaciares, y tiene que quedar como está. En tanto, la desembocadura, porque es una mezcla de agua dulce y agua salada. Lo que se logró bajando el embalse Kirchner y el número de turbinas. Y para los seis meses de llenado el cambio de las estructuras de la segunda central, garantiza también que la salinidad se mantenga en los parámetros naturales que hay en la actualidad”, detalló el ingeniero.
En cuanto a los beneficios para el país, el director del Laboratorio de Hidromecánica destacó que la construcción de ambas represas favorecerá la producción de energía renovable en gran escala, además de orientar al país hacia una matriz energética sustentable. Señaló que actualmente Argentina se sustenta comprando energía a un precio muy alto. Otro beneficio es el desarrollo de la Patagonia. Se estima que se ocuparán 6 mil empleados durante la etapa de construcción. Además se generará energía favoreciendo el desarrollo de industrias. “Las obras de infraestructura son las que permiten el desarrollo de un país”, destacó Liscia.
Junto a Hidráulica participan por la Facultad especialistas de Civil, Electricista, Mecánica y Electromecánica. Los ingenieros trabajan en ambas represas, además de viajar periódicamente a China, donde se lleva adelante el proyecto hidromecánico y electromecánico.
Fuente: Victoria Verza
Área de Comunicaciones y Medios
Facultad de Ingeniería – UNLP