MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

Lo mejor y lo peor: ante más demanda, crecen las energías renovables pero sube el CO2

La noticia llegó con luces y sombras: la demanda mundial de energía creció 2,1% en 2017 y las renovables coparon el 25% de esa nueva necesidad. Pero, al mismo tiempo, el consumo de combustibles fósiles impulsó, después de tres años de estancamiento, un aumento en las emisiones de dióxido de carbono, el principal causante del calentamiento global.

Según el informe presentado por la Agencia Internacional de la Energía (IEA), las energías verdesquedaron en las cifras por debajo del carbón, pero el salto exhibido fue proporcionalmente mucho mayor que el registrado por cualquier otra fuente.

Otro dato alentador es que dos «chicos malos» como EEUU y China hicieron bien sus deberes. La nación que preside Donald Trump, un férreo escéptico acerca de los efectos del cambio climático, mostró el tercer retroceso consecutivo en emisiones contaminantes (0,5% o 25 millones de toneladas de CO2 menos), gracias a la mayor presencia de las renovables y a la progresiva sustitución del carbón por el gas.

En el gigante asiático la demanda energética aumentó 7%, pero sus emisiones subieron solo 1,7%: ahí otra vez fueron clave el despliegue de las energías limpias y la disminución del peso del carbón en la matriz de combustibles fósiles.

También significativo fue el descenso de emisiones en algunos países desarrollados, como Reino UnidoJapón y México.


Las energías renovables ganan terreno en la generación de electricidad.

En contrapartida, las naciones del sudeste asiático, sobre todo India e Indonesia, se llevaron los aplazos: fueron las principales responsables de la suba de las emisiones de dióxido de carbono (+1,4%). El peor registro: después de dos años de caída hubo un incremento (+1%) en la utilización del carbón, el elemento más contaminante para producir electricidad.

También la Unión Europea tuvo una expansión de 1,5% en sus emanaciones nocivas (casi 50 millones de toneladas de CO2 suplementarias) que revirtió la tendencia declinante de los últimos años, debido a la mayor demanda de gas y petróleo por parte del parque de autos y camiones y al repunte del sector petroquímico.

Como preocupante epílogo, la AIE advirtió que en 2017 se ralentizaron los avances en eficiencia energética, bastante por debajo de la media de los tres años anteriores. Las causas principales: la relajación en las políticas del sector y los bajos precios de los combustibles fósiles, que conspiraron contra la cultura del ahorro en ciudadanos y empresas.