MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

Santa Rosa – Especialistas hídricos estimaron necesarias adecuaciones tecnológicas y nuevas prácticas de manejo para optimizar el uso del agua en Mendoza, que se debe producir más reduciendo no menos del 30 por ciento el consumo para riego y advirtieron por los bajos incentivos para tecnificar fincas en la provincia.

Esto se da en momentos en que La Pampa reclama jurídicamente por el uso de las aguas del río Atuel ante la negativa de los mendocinos que cerraron su cauce.

Las conclusiones surgieron del Segundo Congreso de los Grupos CREA de la región Valles Cordilleranos, que se realizó en Mendoza en coincidencia con el Congreso Tecnológico de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea) que se realizó también, en simultáneo, en Mar del Plata, Rosario y Santiago del Estero.

El tema central del encuentro de Mendoza fue «El agua, recurso natural, público y privado», y para su abordaje, los organizadores convocaron a destacados especialistas de distintas disciplinas, que coincidieron en advertir que, junto con la menor disponibilidad del recurso -acentuada por los efectos del cambio climático- crecerá la presión que ejerce, sobre el riego agrícola, la demanda del recurso para otros usos, incluido el consumo humano.

Los Andes advirtió que «el presente ya es preocupante, con Mendoza transitando cuatro años en emergencia hídrica, y el futuro no es alentador. Los especialistas prevén escenarios de escasez que deberán ser afrontados de una manera racional y estratégica, por lo que será necesario, junto con adecuaciones tecnológicas, prácticas de manejo, algunos ajustes en términos jurídicos y, fundamentalmente, un trabajo a todo nivel que permita recuperar la conciencia sobre el problema del agua».

Según adelantó el secretario técnico del Departamento General de Irrigación, Mario Salomón, las cuencas de los ríos Mendoza y Tunuyán inician su quinto año en emergencia hídrica, y las de los ríos Atuel, Diamante y Malargüe su sexto año hidrológico consecutivo.

 

Tecnificación.

El docente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo, Carlos Schilardi, admitió que el proceso de optimización del agua para riego agrícola tiene limitantes. Por un lado técnicas, pero también por la insuficiencia de incentivos concretos a los agricultores. Pero insiste en lo que denomina la «cascada de rendimiento del agua» (que va de la distribución del recurso a la cosecha de los frutos). En todo ese proceso, hay margen para mejorar. Por ejemplo, hasta un 48% en la distribución, 58% en conducción y 60% en la aplicación del agua. Esto, por mencionar sólo las 3 primeras de las 8 fases (incluye también el manejo agronómico de procesos fisiológicos de la planta) en las que se pueden hacer ajustes para mejorar la eficiencia del riego hasta llegar a la cosecha.

FUENTE: Diario La Arena