En junio de 2016, el Centro Experimental de la Vivienda Económica (CEVE), que depende del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de la Asociación de Vivienda Económica (AVE), brindó una capacitación sobre la tecnología de fabricación de ladrillos elaborados con plásticos reciclados a personal del Municipio de Junín de Mendoza, en el marco del Programa Junín Punto Limpio. El mismo se dedica desde el año 2012 a recuperar envases de plástico para su posterior reciclado.
La capacitación fue realizada en dos etapas: la primera de ellas fue llevada a cabo en el CEVE y consistió en una explicación sobre el producto y el proceso transferido en la tecnología y una demostración de postura de los elementos constructivos. La segunda fase se desarrolló en el espacio físico de Junín Punto Limpio y consistió en el relevamiento de las instalaciones existentes y asesoramiento para la puesta a punto de la producción.
“En los meses subsiguientes, un grupo de personas de este municipio produjo la cantidad de ladrillos suficiente para construir una vivienda que se destinó a una familia carenciada con un integrante discapacitado”, señaló la Dra. Rosana Gaggino, investigadora Independiente del CONICET, vicedirectora del CEVE y directora del equipo de trabajo, que está compuesto por los investigadores Jerónimo Kreiker y Lucas Peisino, el becario Julián González Laría y los técnicos Luisa Sosa y Ricardo Arguello.
En esta línea, el doctor Jerónimo Kreiker, investigador del CONICET y responsable de las transferencias, destacó: “El Centro brinda asesorías y consultorías a instituciones públicas, privadas y empresas a través de Servicios Técnicos de Alto Nivel (STAN) o convenios específicos, con el objetivo de desarrollar tecnologías sustentables para el tratamiento de residuos. De esta manera se ha capacitado sobre la tecnología de reciclado de PET a personas provenientes de varios municipios, ONG´s, cooperativas, empresas y emprendedores de diferentes provincias del país”.
Cabe mencionar que estos ladrillos son más ecológicos, además de poseer mayor aislación térmica y ser más livianos que los ladrillos de barro cocido tradicionales. Esta tecnología fue patentada por el CONICET en el año 2008 y cuenta con un Certificado de Aptitud Técnica otorgado por la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, dependiente del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda de la Nación.
Fuente: InfoBae