Activistas de la organización ecologista Greenpeace se han encadenado a un buque vinculado a la exploración de petróleo en el puerto de Taranaki, en la Isla Norte de Nueva Zelanda, con el fin de defender el medio ambiente y la vida marina.
El navío Mermaid Searcher se encuentra en el puerto de Taranaki recolectando provisiones para el Amazon Warrior, un gigantesco buque de 125 metros de eslora que trabaja realizando exploraciones en las profundidades marinas neozelandesas para varias empresas petroleras.
Ondas sísmicas por las detonaciones diarias en el fondo marino
La organización ecologista acusa al Amazon Warrior de producir desde hace dos meses ondas sísmicas a través de detonaciones diarias en el lecho marino.
Esta búsqueda de petróleo y gas, recursos vinculados a los gases que producen el efecto invernadero causante del cambio climático, interfiere con la comunicación y la alimentación de las ballenas azules, así como otros seres marinos, precisó Greenpeace.
“Al detener al barco de apoyo vamos a impactar en la búsqueda de petróleo y gas del Amazon Warrior en el océano impoluto de Nueva Zelanda”, dijo la responsable neozelandesa de la campaña climática de la organización ecologista, Amanda Larsson.
Detener las actividades de búsqueda de petróleo y gas
Según el portal de noticias Stuff, la Policía ya detuvo a cuatro activistas, aunque uno de ellos sigue encadenado a la parte más alta del barco, en medio de temores por el mal tiempo.
Greenpeace denunció que la Policía ha advertido a los activistas que los cargos que se formularán en contra de ellos se enmarcan en la “Enmienda Anadarko” de 2013, aprobada durante la gestión del Partido Nacional y que criminaliza la interferencia con la exploración petrolera marina.
Cameron Madgwick, director ejecutivo de Exploración y Producción de Petroleo Nueva Zelanda, calificó la protesta de “decepcionante e injusta con el personal que trabaja en el barco” y pidió a Greenpeace en un comunicado respetar “el derecho de otros a dedicarse a negocios legales”.
A juicio
En 2017, varios ecologistas, incluyendo al director ejecutivo de Greenpeace en Nueva Zelanda, Russel Norman, nadaron frente al Amazon Warrior, mientras realizaba exploraciones para varias empresas frente a las costas de Wairarapa (Isla Norte), con el objetivo de prevenir las explosiones sísmicas.
Los activistas, cuyo juicio está previsto para abril próximo, fueron acusados bajo la polémica enmienda y enfrentan condenas de un año de cárcel y multas de unos 220.800 dólares o 178.050 euros, recordó la ong.
Fuente: Efeverde