Reciclar, reutilizar y reducir basura son las claves para el cuidado del medio ambiente. Siguiendo esta premisa, cada vez más surgen objetos y muebles diseñados con materiales reciclados. Una de las novedades es construir bancos urbanos con envases de yogur vacíos reciclados. Se trata de una idea de la firma belga llamada Studio Segers, que presentó la colección de mobiliario urbano “ECO-oh!”.
El trabajo de Studio Segers es interesante por su concepto de diseño, pero además por ayudar al medio ambiente. La colección se ha realizado usando poliolefinas recicladas de envases domésticos como tarros de yogur y bolsas de plástico; un material ideal para diseñar mobiliario exterior ya que es resistente a las condiciones meteorológicas y requiere un mínimo mantenimiento.
Convertible. El banco rápidamente se puede transformar en un sofá de dos o tres plazas.
El proceso es simple: los objetos desechados para su reciclaje se descomponen en diminutos pellets (pequeñas porciones de material comprimido), que entran en proceso de plastificación para ser inyectados en el molde diseñado por Studio Segers.
El resultado obtenido es un asiento sencillo, que “rápidamente se puede transformar en un sofá de dos o tres plazas o un banco múltiple, simplemente añadiendo o quitando piezas”, cuentan desde el Studio Segers.
Características. Son resistentes a las condiciones meteorológicas y requieren un mínimo mantenimiento.
Además, se presenta en tres tonalidades de gris, verde, azul y beige, una paleta cromática que permite personalizar las combinaciones de piezas creando mobiliario monocromo o un mix de tonos.