Las buenas noticias se van sumando mes a mes: la inauguración del parque eólico de Corti, luego el de La Castellana, los avances de las obras de Villalonga y Mayor Buratovich, la confirmación del inicio de tres parques más. El castigado Sudoeste Bonaerense va camino a tener 24 parques de generación de energía renovable, lo que constituye un cambio de paradigma casi sin precedentes.
Sin embargo, no todo es color rosa si se mira más allá del 2021. En el horizonte hay una amenaza concreta: la capacidad de transporte está llegando al punto de saturación, lo que pondrá un freno a la llegada de nuevos proyectos.
“Nuestras redes actuales soportan esos 24 proyectos y nada más. Si no traemos más obras, no va a haber más parques. Hay que ser conscientes de eso. Tuvimos un boom, está fantástico y estamos todos contentos, pero hay que pensar con visión estratégica y a mediano y largo plazo”, alerta el licenciado Javier Reyes, referente del flamante Consejo Permanente de Energía y titular de la Agencia de Energías Renovables de Villarino.
Su voz es una de las más escuchadas en la Mesa Regional de Energías Renovables, que conformaron en junio pasado los intendentes de ocho distritos de la región. Desde allí insiste: “la capacidad de transporte de energía está al límite y eso nos pone un techo”.
El mapa de energía muestra que el 71% del consumo total del país se registra en Buenos Aires y Gran Buenos Aires, Litoral y Centro. Sin embargo, estas mismas regiones solo aportan el 56% de la generación. El saldo resultante proviene de los grandes sitios de generación, entre los cuales Bahía Blanca y su zona están tratando de insertarse.
“Claro que para eso hay que tener redes, tendidos, subestaciones. A eso tenemos que apuntar de inmediato. Forma parte de pensar cómo queremos que nuestra región esté inserta en el mercado de las energías renovables de aquí a 2021, 2025 y 2030”, enfatizó Reyes.
-¿El colapso de las redes es el gran tema a resolver?
-Sin dudas. Para eso hay que hacer una evaluación de todas las líneas que pasan por la región y determinar cuáles son las capacidades de crecimiento que tienen. Y una vez que lo tengamos claro, tenemos que ir a buscar las obras que nos falten. Si salen cinco obras para todo el país, que al menos una sea para nosotros. Ese va a ser el gran trabajo de intendentes y legisladores de la región para los próximos años, si hablamos de proyectos trascendentales.
-¿En qué etapa estamos hoy?
-En la de diagnóstico. En la Mesa de Energías Renovables se aprobó hacer un estudio con una empresa de primer nivel autorizada por Cammesa, que cuesta unos 20 mil dólares. Con ese estudio luego tendremos una idea de las falencias de nuestra red de transporte y podremos determinar los pasos a seguir; sin eso, no hay forma de vendernos al mundo como región ni atraer inversores.
Reyes integra Consejo Regional de Energía junto a Pablo Pussetto, Eloise Gaido, Federico Seleme y Gonzalo Iparraguirre, referentes de Bahía Blanca, Patagones, Monte Hermoso y Tornquist, respectivamente.
-En la última reunión de la Mesa se habló de crear un “cluster energético” en la región. ¿Qué implica eso?
-En esta región las energías renovables ingresaron en forma disruptiva, porque rompieron todos los paradigmas. Había escepticismo, pero dos años después tenemos dos parque eólicos inaugurados, más 14 adjudicados, 4 ampliaciones y otros cuatro a punto de oficializarse. Con todos estos cambios, hay que decirlo, en un principio los municipios se vieron sobrepasados. Nadie sabía qué hacer, qué exigir o qué permitir y qué no. Eso, poco a poco, está cambiando. Hoy ya hablamos de otra manera, y todos nos vamos poniendo a tono, organizándonos, cerrando filas. En este marco se plantea la idea del cluster.
-¿Qué trabajo demandará crear ese cluster?
-Entender que en un cluster cada uno de los elementos cumple un rol, en base a su especialización y sus capacidades, y que la fuerte interrelación entre los actores es la clave. Hablo de organismos públicos, municipios, Vialidad, el puerto, el Colegio de Ingenieros… todos deben entender la industria y ayudar a desarrollarla. ¿Implica esto, por ejemplo, que Tornquist va a definir la política portuaria? Y no, eso le corresponderá a Bahía Blanca, pero siempre entendiendo que el puerto no es de Bahía, sino que está en Bahía. El puerto es de toda la región, y la región debe involucrarse con él y con el plan de desarrollo trazado por sus referentes.
“Lo que nos va a convertir en un cluster no es la cantidad de parques que llegue a cada municipio, sino cuántos parques vengan a la región. Silicon Valley, por citar un cluster famoso, va en busca de los inversores; cuando eso está, se ponen a analizar dónde. Acá tenemos que hacer lo mismo: trabajar para que vengan. Después se analiza si lo mejor para cada proyecto es Monte Hermoso, Punta Alta, Villarino, Dorrego”.
“Acá hay que ser claros: este tipo de proyectos son de largo plazo. Son políticas de estado. Si el político le puede sacar el maximo provecho en su gestión, mejor, pero en esto debe haber una visión a 20 años o más. Y otra cuestión: hay que entender que el desarrollo no se fija en los límites. No existe eso de “hasta acá es Tornquist y acá arranca Bahía Blanca; yo me ocupo de esto, vos de aquello”. El formato político no debe condicionarnos. Formar un cluster implica pensar como región, no como distrito”.
-¿Cómo se va en busca de los inversores?
-En primer lugar, tenemos que estar consolidados para que el desarrollo no sea anárquico. Hay 40 temas a tocar; bueno, arranquemos por dos o tres. Por eso creamos la Mesa Regional, que reúne a los distritos que tienen proyectos en alguna etapa de desarrollo o terminados. El siguiente paso es homogeneizar criterios, como por ejemplo que los derechos de construcción de parques varíen, en todos los casos, entre 0% y 2%; y generar estructuras municipales que le faciliten las cosas al inversor.
-¿En qué sentido?
-El concepto es que haya una ventanilla única que le brinde soluciones al inversor. Las empresas no son de esta zona, pero vienen a traer millones de dólares, y es clave que sientan que aquí van a recibir apoyo. Otro aspecto clave es la promoción, tanto de la región como de las empresas locales.
-Las empresas de servicios para los parques…
-Claro. Las compañías vienen a esta zona porque el negocio es rentable y acá encuentran buenos vientos, cercanía con el puerto y rutas, e infraestructura para inyectar la energía que generan. Pero además demandan servicios, y es clave que trabajemos sobre eso. Si llegamos a tener 15 empresas de la región que brinden desde mantenimiento de caminos, construcción civil, tendido de redes de agua y otras tareas, a un promedio de 10 empleados cada una, en poco tiempo más vamos a tener 150 familias viviendo indirectamente de las energías renovables. Y si a eso se suman las que van a trabajar en los parques, llegamos a 500 trabajando en el sector. Eso es lo que va a cambiar la realidad de esta zona.
-Vislumbra un futuro muy prometedor para la zona…
-Sin dudas, pero si entendemos que no hay que dejar pasar esta oportunidad. Tenemos todo para hacer punta y estamos bien posicionados, pero no nos tenemos que relajar.
Un problema generado por la falta de inversión durante años
Al límite. “La red de transporte no está al límite ahora, sino desde hace años, fruto de la falta de inversión. Por eso el plan RenovAr 1 se lanzó con un máximo por proyecto de 100Mw de generación. A partir de allí se empezó a poner el foco de atención en los principales nodos de energía y en las redes. Es un tema importantísimo. Para tener una idea: por cada punto que crece el PBI de Argentina, se necesitan 1.000Mw más; es decir, 10 parques como La Castellana, en Villarino”.
Potencial. “La región tiene mucho para crecer en materia de energías renovables. Por recursos, por su infraestructura, por el trabajo que se viene haciendo. Hasta tenemos a las diputadas María Fernanda Bevilacqua y Rosío Antinori, que son presidenta y la vicepresidenta de la Comisión de Energía de la Cámara Baja, respectivamente”.
Trabajo. “Los parques ofrecen una oportunidad muy buena en materia laboral. Ya de entrada, hablamos de 24 proyectos con un plazo de obra de 500 días, con un promedio de 120 personas ocupadas en forma permanente. A eso hay que sumar las personas ocupadas en forma directa e indirecta cuando estén en marcha, que serán unas 500”.
Recursos. “La llegada de los parques también reporta beneficios impositivos para los municipios y los mismos dueños de los campos. Hoy se paga entre 2.500 y 3.000 dólares de alquiler anual por megawatt generado. ¿Quién en Algarrobo puede sacarle 300 mil dólares anuales a un campo?”
Viejos aerogeneradores. “Se puede recuperar los aerogeneradores que en la década del ’90 se instalaron en la zona. En Comodoro Rivadavia hay experiencias al respecto. Hay que hacer un repowering, que en el caso de los dos aerogeneradores de Buratovich cuesta entre 100 y 120 mil dólares. La cooperativa no tiene esos fondos, por supuesto; entonces, el modelo es un fideicomiso de administración que permita incorporar al inversor privado”
Fuente: Por Juan Ignacio Schwerdt para https://www.lanueva.com/nota/2018-10-6-6-30-53–sin-nuevas-redes-de-transporte-de-energia-desde-2021-no-van-a-llegar-mas-parques-eolicos-a-la-zona