El gobierno argentino ha formalizado un controvertido acuerdo con el Reino Unido respecto a las Islas Malvinas, generando críticas en diversos sectores. El pacto, sellado en Nueva York entre la canciller Diana Mondino y su homólogo británico, David Lammy, incluye medidas humanitarias para las familias de las víctimas de la guerra de 1982 y otorga nuevas prerrogativas a Londres, como la conservación de pesquerías y la reactivación de vuelos desde San Pablo a las islas.
La decisión ha suscitado un fuerte rechazo, con voces críticas señalando que la negociación fue opaca y se asemeja al controvertido Pacto Foradori-Duncan, firmado durante la administración de Mauricio Macri. Santiago Cafiero, excanciller, expresó su preocupación en redes sociales, argumentando que el gobierno de Javier Milei renuncia a principios históricos en relación con la soberanía argentina sobre el territorio.
Desde Tierra del Fuego, la publicación Agenda Malvinas ha cuestionado el acuerdo, afirmando que favorece la expansión de la explotación pesquera y petrolera por parte del Reino Unido. Además, Ernesto Alonso, secretario de DD.HH del Centro de Ex Combatientes CECIM La Plata, advirtió que esta situación representa un grave retroceso en la defensa de la soberanía nacional, instando a una respuesta firme por parte del Congreso argentino.
En un contexto de creciente tensión, el futuro de la relación entre Argentina y el Reino Unido en torno a las Malvinas sigue siendo un tema candente, con llamados a la defensa de los derechos soberanos y la identidad nacional.