Neuquén, Provincia de Neuquen, 19 de noviembre de 2019. Entre el viento indomable de la estepa y el silencio majestuoso del monte patagónico, se esconde un verdadero tesoro natural: el Área Natural Protegida El Mangrullo. Ubicada estratégicamente entre Villa El Chocón y Picún Leufú, esta reserva se despliega sobre la mítica Ruta Nacional 237, en el kilómetro 1329, en pleno corazón del departamento Picún Leufú. Con sus 9.240 hectáreas, este santuario ecológico se yergue como refugio de especies emblemáticas de la fauna y flora del monte patagónico, preservando uno de los ecosistemas más frágiles y únicos de la provincia de Neuquén.
Creado en 1996, el ANPP El Mangrullo surgió como parte de una política ambiental visionaria. Fue la empresa Hidronor quien donó esta porción de la península Alarcón al Estado Provincial, luego de la construcción del embalse Ezequiel Ramos Mexía. Desde entonces, el área pasó a formar parte del valioso patrimonio natural neuquino con el objetivo de conservar la estepa arbustiva del Monte y proteger especies nativas como la mara y el choique, dos emblemas de la fauna autóctona que encuentran aquí uno de sus últimos refugios seguros.
El paisaje del Mangrullo impacta por su belleza austera y agreste. Las bardas de origen terciario se moldean con capricho por la erosión del viento y el agua, formando cárcavas y cañadones que configuran un relieve tan accidentado como fascinante. En verano, las tormentas intensas generan cursos temporarios que modelan aún más la tierra, dibujando un escenario perfecto para la biodiversidad. A esto se suma el factor climático: con veranos calurosos que rozan los 35ºC e inviernos que descienden hasta los -12ºC, y vientos del oeste que alcanzan ráfagas de hasta 120 km/h, el área es considerada una de las más ventosas de la provincia.
Entre la vegetación típica de esta ecorregión se destacan especies adaptadas a la aridez, como la jarilla, el alpataco, la mata negra, el molle, la zampa, el yaoyín y el matasebo. Este mosaico de arbustos constituye el hábitat ideal para numerosos animales. Además de la mara y el choique, es posible encontrar pumas, zorros, zorrinos, tuco-tucos, gatos monteses y del pajonal, así como una impresionante variedad de reptiles endémicos, en especial lagartijas, que difícilmente pueden verse en otras partes de la Patagonia.
Uno de los puntos más singulares de El Mangrullo lo constituyen sus cuerpos de agua. A escasa distancia de la costa del embalse Ramos Mexía, se desarrolla una cadena de lagunas conocidas como “Lagunas del Cisne”, debido a la numerosa población de cisnes de cuello negro que habitan allí. Estas lagunas, además, albergan una rica avifauna compuesta por flamencos australes, garzas, patos, cauquenes, biguás y gallaretas, lo que ha llevado a que el área sea reconocida como AICA (Área Importante para la Conservación de las Aves) por su gran valor ornitológico.
Este rincón protegido no solo fascina por su naturaleza, sino también por su contexto paleontológico. Muy cerca de allí, Villa El Chocón se posiciona como uno de los polos más destacados en materia de turismo científico en Argentina, gracias al célebre Museo Ernesto Bachmann y los senderos de huellas fósiles que remiten a un pasado jurásico. Por su parte, Picún Leufú se destaca como un punto clave para la pesca deportiva, tanto en el embalse como en las aguas del río Limay, sumando atractivo a esta región de alto valor turístico.
Uno de los grandes desafíos del ANPP El Mangrullo es el acceso. Actualmente, una porción importante de su territorio permanece dentro de propiedades privadas, lo que dificulta el ingreso libre al parque. No obstante, quienes logran visitarlo quedan fascinados con el mirador en la cumbre del cerro Alarcón, desde donde se obtiene una panorámica inolvidable del área, con vistas que abarcan desde la estepa infinita hasta el embalse y las lagunas cercanas.
A pesar de su enorme valor ecológico, El Mangrullo aún no cuenta con servicio de guardaparques, lo que representa una deuda pendiente en términos de conservación y manejo. Aun así, tanto Villa El Chocón como Picún Leufú, ubicadas a 17 y 32 kilómetros respectivamente, ofrecen alternativas de alojamiento, gastronomía y servicios básicos como telefonía, cajeros automáticos y estaciones de servicio. En ambas localidades se puede obtener información turística de calidad y organizar excursiones hacia el área.
La Dirección Provincial de Áreas Naturales Protegidas de Neuquén es el organismo encargado de la gestión del área. Para quienes deseen obtener más información, pueden dirigirse a la sede ubicada en la ciudad de Neuquén Capital (Gobernador Elordi 535), comunicarse por teléfono o ingresar al sitio oficial donde se detalla la normativa vigente, los valores conservados y las actividades permitidas.
El Mangrullo representa una joya natural que merece ser redescubierta y puesta en valor. Su diversidad biológica, sus paisajes imponentes y su cercanía con sitios de gran interés turístico convierten a esta reserva en un punto clave para el ecoturismo en la provincia. Con mayores esfuerzos de conservación, infraestructura y difusión, este rincón podría posicionarse como un destino imperdible para los amantes de la naturaleza, las aves, la fotografía de fauna silvestre y la aventura responsable.
Explorar el Área Natural Protegida El Mangrullo es sumergirse en la esencia misma del monte patagónico, con sus contrastes, su biodiversidad y su misterio. Una invitación abierta a reconectarse con la naturaleza en uno de los paisajes más puros de la Patagonia neuquina.

Mapa del área natural protegida El Mangrullo

Vista del Área protegida El Mangrullo