Ushuaia.-El presidente de la Dirección Provincial de Obras y Servicios Sanitarios planteó la necesidad a de cuidar los
cursos de agua que alimentan las plantas potabilizadoras de la ciudad de Ushuaia y repasó las obras que el organismo a su cargo lleva adelante para optimizar el sistema cloacal.
En el marco de las actividades organizadas por la Universidad Nacional de Tierra del Fuego por el Día internacional del Medio Ambiente, el Presidente de la Dirección Provincial de Obras y Servicios Sanitarios alertó sobre las complicaciones que genera en el proceso de potabilización la existencia de grandes urbanizaciones, ubicadas aguas arriba de las tomas de agua, que hasta el momento “no tienen un sistema eficaz de tratamiento de aguas residuales”.
Señaló que esa situación se verifica en la zona de Andorra, pero también en otros sectores de la ciudad. Refirió el caso de un sector destinado a la hotelería que “tira su cloaca a una planta privada de dudosa eficacia o directamente a la cuenca” del arroyo grande, y puso también como ejemplo lo sucedido días atrás en la planta potabilizadora del Río Pipo, la que dijo “tuvimos que cerrarla medio día por las cosas que venían en el agua”. Arriba de este establecimiento se encuentran el Golf Club y el Tren del Fin del Mundo. En este último caso, dijo que recién ahora habían comprado “una planta propia de tratamiento de efluentes”.
Worman expresó que “la calidad del agua tiene una relación intrínseca con la calidad ambiental” y que “cualquier decisión que tomamos aguas arriba, impacta sobre la planta que tenemos abajo”.
Para resolver esa situación dijo que la DPOSS planifica y lleva adelante una serie de obras para mejorar el sistema cloacal, entre las que mencionó la ampliación de la planta de pretratamiento de bahía Golondrina o la construcción de troncales desde el Monte Susana y hasta el Río Olivia, a lo largo de toda la ciudad.
“Si bien el 93% de nuestras casas están conectadas a algún sistema cloacal, hasta hace muy poco la gran mayoría de esas cloacas no tenían tratamiento -precisó-. Hasta abril del año pasado, el 100% de la ciudad tiraba las cloacas crudas; no había un sólo sistema de tratamiento o pretratamiento. Hoy, el 74% de la producción de aguas residuales tiene tratamiento -aunque no es de alta calidad- y estamos adjudicando la planta en la desembocadura del Arroyo Grande”, indicó, pero precisó que “recién a finales del 2019 podremos decir que estaremos contribuyendo a la mejora de la calidad ambiental de la ciudad porque estas obras recién están comenzando”.
Worman afirmó que es imposible aportar al medio ambiente sin la decisión política de incorporar los recursos económicos necesarios. “Todo lo que hablemos, si no hay presupuesto, es puro bla bla”, sentenció.
Señaló que esa situación se verifica en la zona de Andorra, pero también en otros sectores de la ciudad. Refirió el caso de un sector destinado a la hotelería que “tira su cloaca a una planta privada de dudosa eficacia o directamente a la cuenca” del arroyo grande, y puso también como ejemplo lo sucedido días atrás en la planta potabilizadora del Río Pipo, la que dijo “tuvimos que cerrarla medio día por las cosas que venían en el agua”. Arriba de este establecimiento se encuentran el Golf Club y el Tren del Fin del Mundo. En este último caso, dijo que recién ahora habían comprado “una planta propia de tratamiento de efluentes”.
Worman expresó que “la calidad del agua tiene una relación intrínseca con la calidad ambiental” y que “cualquier decisión que tomamos aguas arriba, impacta sobre la planta que tenemos abajo”.
Para resolver esa situación dijo que la DPOSS planifica y lleva adelante una serie de obras para mejorar el sistema cloacal, entre las que mencionó la ampliación de la planta de pretratamiento de bahía Golondrina o la construcción de troncales desde el Monte Susana y hasta el Río Olivia, a lo largo de toda la ciudad.
“Si bien el 93% de nuestras casas están conectadas a algún sistema cloacal, hasta hace muy poco la gran mayoría de esas cloacas no tenían tratamiento -precisó-. Hasta abril del año pasado, el 100% de la ciudad tiraba las cloacas crudas; no había un sólo sistema de tratamiento o pretratamiento. Hoy, el 74% de la producción de aguas residuales tiene tratamiento -aunque no es de alta calidad- y estamos adjudicando la planta en la desembocadura del Arroyo Grande”, indicó, pero precisó que “recién a finales del 2019 podremos decir que estaremos contribuyendo a la mejora de la calidad ambiental de la ciudad porque estas obras recién están comenzando”.
Worman afirmó que es imposible aportar al medio ambiente sin la decisión política de incorporar los recursos económicos necesarios. “Todo lo que hablemos, si no hay presupuesto, es puro bla bla”, sentenció.
Fuente: El Diario del Fin del Mundo