Montevideo – “Tomar en serio los delitos contra la vida silvestre significa obtener el apoyo de todos los sectores de la sociedad que intervienen en la elaboración y el consumo de productos derivados de la fauna y flora silvestres, muy utilizados como medicinas, alimentos, material de construcción, mobiliario, cosméticos, prendas de vestir y accesorios”, ha dicho ayer el secretario General de Naciones Unidas, en la conmemoración 2015 del Día Mundial de la Naturaleza.
La fecha está marcada en el calendario de ONU, por la resolución del 20 de diciembre de 2013, que decidió festejar cada 3 de marzo como un día de concientización acerca del valor de fauna y flora salvaje. La fecha recuerda la aprobación en 1973 de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés), “la cual juega un destacado papel en la protección de la especies frente al comercio internacional”, afirma ONU.
En algunos países priorizan la fecha, en otros, la nada
La ONU ha solicitado a todas las organizaciones estatales y privadas vinculadas a flora y fauna, que se preocupen de difundir en este día la necesidad “urgente” de combatir los delitos contra la naturaeza, que están acarreando “consecuencias de gran alcance en el ámbito económico, medioambiental y social”.
En ese escenario la CITES es el organismo idóneo reconocido por 180 Estados miembros de ONU y “una de las herramientas más poderosas del mundo para la conservación” de la biodiversidad, en tanto maneja la regulación del comercio de fauna y flora silvestres.
El secretario General de ONU, Ban ki-Moon, ha recordado en su mensaje de a fecha que “el comercio ilegal de fauna y flora silvestres socava el estado de derecho y representa una amenaza para la seguridad nacional; degrada los ecosistemas y constituye un obstáculo importante para los esfuerzos de las comunidades rurales y los pueblos indígenas que luchan por gestionar de manera sostenible sus recursos naturales”. Peor aún, “el comercio ilegal de fauna y flora silvestres se ha convertido en una sofisticada forma de delincuencia transnacional, comparable a otros perniciosos ejemplos como la trata de seres humanos y el tráfico de drogas, artículos falsificados y petróleo”, explicó.
“Está impulsado por el aumento de la demanda y con frecuencia se ve facilitado por la corrupción y una gobernanza deficiente. Tenemos pruebas sólidas de que en él hay una participación creciente de redes de delincuencia organizada y grupos armados no estatales”, enfatizó Moon.
FUENTE: LaRed21