A medida que el hombre evoluciona y las sociedades se desarrollan, el daño a la naturaleza aumenta cada vez más. En los últimos años se habla de revertir el cambio climático y la contaminación, dos de los efectos más evidentes de este maltrato al medioambiente.
La fórmula para la salvación del planeta podría estar en rescatar viejos métodos de vida e incorporar algunas acciones sencillas a nuestra cotidianidad. Te contamos cuáles podrían ser las más significativas.Evita utilizar productos de plástico
Un mundo sin plásticos ¡es mejor! Así era el mundo de nuestros abuelos, que utilizaban el papel y el vidrio para guardar productos y los reutilizaban. Hoy sabemos que muchos de los productos de plástico que se producen van a parar de una forma u otra al mar, sobre todo en países donde no está bien desarrollada la industria del reciclaje.
Algunos tipos de plástico tardan decenas de años (incluso siglos) en degradarse y pueden permanecer como micropartículas en suspensión en los mares causando daños a los animales marinos y hasta a los propios seres humanos. Muchas de las consecuencias de la contaminación por plástico aún se desconocen, por lo que es conveniente evitar su uso, y siempre que sea posible, reutilizar.
También existen muchos objetos plásticos que no se degradan ecológicamente, por lo que el reciclaje es la opción más sana para el medioambiente. Asegúrate de separarlos de otros tipos de desechos como los orgánicos e informáte de los distintos puntos de reciclaje en tu ciudad.
Evita el derroche de agua
El agua es el recurso natural más importante y el más contaminado. Cada año que pasa cuesta más a los Gobiernos purificar las aguas, drenar ríos y mares contaminados, lo que le agrega valor a cada botella de agua dulce que consumimos.
Evitar su derroche en el hogar o en el trabajo es también apreciar su importancia y a veces puede ser muy fácil: si te estás cepillando los dientes o enjabonando tus manos, cierra el grifo. Presta atención a cada actividad que realices con agua y haz el mayor esfuerzo por ahorrar cada gotita. Sé consciente de su valor.
Montar en bicicleta con frecuencia
Montar en bicicleta es un excelente ejercicio que ayuda a tu salud pero también contribuye a cuidar el medioambiente. Cada vez que en lugar de usar el carro para ir a la escuela, el trabajo o sencillamente de paseo, montas tu bicicleta, estás reduciendo los gases de invernadero.
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La emisión de gases de efecto invernadero está produciendo el progresivo calentamiento global que se refleja cada vez más en el medio marino. Este calentamiento y el exceso de CO2 están provocando cambios físico-químicos en los océanos que están causando la muerte de ecosistemas frágiles como por ejemplo, los arrecifes de coral. También puedes reducir al máximo el consumo eléctrico en tu casa o tu trabajo.
Utilizar lámparas fluorescentes
Para reducir el consumo eléctrico es importante prestar atención a los focos que tienes en tu hogar. Un simple cambio de luz puede ser significativo para el medio ambiente, así que te sugerimos cambiar los bombillos tradicionales por las lámparas de luz fluorescentes que tienen 10 años más de vida útil.
Plantar árboles y utilizar abonos naturales
Esta siempre será una práctica salvadora. Hasta la más sencilla planta de jardín es una hermosa contribución al medioambiente. Alguien dijo una vez que toda persona debía tener un hijo, escribir libro y plantar un árbol, y es precisamente esta última acción una de las más importantes a la hora de revertir el daño a la naturaleza.
Las plantas ornamentales no sólo podrían hacer de tu hogar un lugar acogedor, sino que también cumplen una misión transformando el dióxido de carbono en oxígeno. Utilizar abonos naturales es una forma saludable de reemplazar el uso de químicos y tóxicos que pueden ser dañinos para otros seres vivos.
Si se te ocurre otra manera en que podrías ayudar al medioambiente, siempre puedes escribir tu sugerencia en la sección de comentarios.
Fuente: Agencia Sputnik