Río Negro en el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación: De canteras a a humedales que devuelven vida

Río Negro en el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación: De canteras a a humedales que devuelven vida

Viedma, Rio Negro, 17 de junio de 2025. Cada 17 de junio, el mundo conmemora el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, una jornada establecida por la ONU en 1994 para recordar la urgencia de cuidar los suelos y preservar el agua dulce, dos recursos vitales para la vida en la Tierra. En un planeta donde más de 2.000 millones de personas ya sufren consecuencias por la escasez de agua, la desertificación se presenta como uno de los mayores desafíos ambientales y sociales de nuestro tiempo.

En este contexto global, la provincia de Río Negro en la Patagonia argentina ofrece un ejemplo inspirador. Allí, un proyecto de restauración ecológica transformó lo que alguna vez fue una cantera en desuso en un vibrante humedal lleno de vida. El lugar, conocido como El Macá, se convirtió en un refugio para aves, flora y fauna, y en un símbolo de cómo la acción conjunta entre Estado, empresas y comunidad puede revertir los efectos de la degradación ambiental.

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La historia de El Macá: de herida ambiental a oasis natural

El humedal El Macá se ubica en Cervantes, en el Alto Valle de Río Negro. Durante años fue una cantera donde se extraían áridos para la construcción. Esa explotación dejó el suelo erosionado, sin vegetación y sin capacidad para retener agua.

Foto: Crédito: Gobierno de Rio Negro. Cantera abandonada que se convirtió en humedal

Pero lo que parecía un terreno perdido se convirtió en una segunda oportunidad para la naturaleza. Gracias a un trabajo conjunto entre la empresa Hormigonera del Interior, la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de Río Negro y especialistas ambientales, la cantera fue restaurada. El resultado: un humedal que hoy alberga más de 120 especies de aves, muchas de ellas migratorias, además de anfibios, insectos, plantas acuáticas y mamíferos que encontraron un nuevo hogar.

Este proyecto no solo fue un logro ecológico. Fue también una forma de reparar una deuda ambiental con la comunidad local. Donde antes había polvo, maquinaria y ruido, hoy hay espejos de agua, pastizales verdes y aves que llenan el aire con su canto.

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La importancia de los humedales frente a la desertificación

La creación y conservación de humedales como El Macá tiene una relevancia estratégica en la lucha contra la desertificación. Estos ecosistemas cumplen múltiples funciones:

Regulan el agua: retienen lluvias y liberan lentamente el recurso, evitando inundaciones y sequías extremas.

Recargan acuíferos: alimentan napas subterráneas que abastecen de agua a comunidades y cultivos.

Capturan carbono: funcionan como sumideros naturales de gases de efecto invernadero.

Purifican el agua: filtran contaminantes y mejoran la calidad hídrica.

Refugian biodiversidad: son hábitat de aves, peces, anfibios y flora nativa.

En una provincia como Río Negro, donde la sequía se ha intensificado en los últimos años, los humedales son barreras naturales contra la desertificación y aliados clave en la adaptación al cambio climático.

Voces oficiales: compromiso provincial

La secretaria de Ambiente y Cambio Climático de Río Negro, Judith Jiménez, destacó la relevancia del proyecto:

“El Macá representa una experiencia concreta de restauración ecológica impulsada desde el sector privado, que demuestra que es posible remediar y generar biodiversidad donde antes hubo extracción de áridos. Desde el Estado promovemos y fiscalizamos estas acciones para garantizar su sostenibilidad.”

«El Macá representa una experiencia concreta de restauración ecológica impulsada desde el sector privado, que demuestra que es posible remediar y generar biodiversidad donde antes hubo extracción de áridos. Desde el Estado promovemos y fiscalizamos estas acciones para garantizar su sostenibilidad.”

Estas palabras reflejan una visión de gestión donde la conservación ambiental no se limita a lo discursivo, sino que se traduce en acciones tangibles de restauración, control y fiscalización.

Desertificación en Río Negro: un problema silencioso

Río Negro, al igual que gran parte de la Patagonia, enfrenta un proceso acelerado de desertificación. Factores como la sobrepastoreo, la deforestación, el uso intensivo del suelo agrícola, los incendios forestales y el cambio climático han contribuido a la degradación de grandes extensiones de tierra.

Según informes técnicos recientes, la zona Este de la provincia registra un déficit hídrico alarmante, lo que llevó a especialistas a recomendar la declaración de emergencia por sequía. A su vez, la cuenca de los ríos Neuquén, Limay y Negro atraviesa una crisis hídrica que se arrastra desde hace más de una década.

En este contexto, proyectos como el de El Macá no son solo un gesto ambiental, sino una estrategia de resiliencia frente a un futuro cada vez más árido.

Humedales rionegrinos: un patrimonio a proteger

Río Negro cuenta con humedales distribuidos en diversas regiones:

  • Zonas andinas: lagos y turberas en el Parque Nacional Nahuel Huapi.
  • Costa atlántica: Punta Bermeja, Caleta de los Loros y Bahía San Antonio, refugio de aves playeras y mamíferos marinos.
  • Valles: humedales ribereños que regulan el ciclo del agua en áreas productivas.
  • Región sur: mallines y lagunas altoandinas.

Cada uno de estos ambientes cumple un rol clave en el equilibrio ecológico. Sin embargo, muchos se encuentran amenazados por la expansión urbana, la contaminación y el cambio de uso del suelo.

Educación ambiental: sembrar conciencia en las nuevas generaciones

Uno de los ejes más importantes de la estrategia provincial ha sido la educación ambiental. A través de programas escolares y talleres comunitarios, se busca transmitir a niños, jóvenes y adultos la importancia de los humedales.

Actividades como recorridos guiados, avistaje de aves y charlas educativas permiten que la comunidad se reconecte con la naturaleza y comprenda que cuidar los humedales es cuidar el agua y la vida.

Humedales y cultura: el valor simbólico

Para los pueblos originarios como los mapuches, los humedales han sido históricamente espacios de vida, espiritualidad y subsistencia. Son lugares donde el agua —elemento sagrado— conecta a las personas con la tierra y con el ciclo natural.

Recuperar y proteger estos ecosistemas no es solo un acto ecológico, sino también un reconocimiento a la memoria cultural y ancestral de quienes habitaron y habitan estas tierras.

Turismo sustentable: una oportunidad para la economía local

El humedal El Macá, al igual que otros de la provincia, tiene un gran potencial para el ecoturismo. El avistaje de aves atrae a visitantes de todo el mundo, generando ingresos para comunidades locales.

El desafío está en desarrollar este turismo de manera responsable, con guías capacitados, senderos señalizados y reglas claras para evitar impactos negativos en la fauna.

Un llamado desde Río Negro al mundo

En el marco del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, Río Negro nos recuerda que la lucha contra la crisis ambiental global no se libra solo en foros internacionales, sino también en pequeñas acciones locales que marcan una diferencia.

Transformar una cantera en un humedal puede parecer un gesto aislado, pero en realidad es una muestra de lo que se puede lograr cuando se combinan voluntad política, compromiso empresarial y participación comunitaria.

La desertificación y la sequía son amenazas globales que requieren respuestas urgentes. En este contexto, Río Negro ofrece un ejemplo esperanzador: es posible restaurar ecosistemas degradados, recuperar agua y devolver vida donde parecía imposible.

El humedal El Macá es hoy un símbolo de resistencia frente a la crisis climática. Nos invita a reflexionar sobre nuestro rol como sociedad y a entender que la lucha contra la desertificación empieza en cada decisión que tomamos respecto al agua, el suelo y la naturaleza.

En este Día Mundial, la Patagonia nos regala un mensaje claro: restaurar la tierra es restaurar nuestro futuro.

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