La energía solar fotovoltaica representa casi 47% de la capacidad añadida, seguida por la energía eólica con un 34% y de la energía hidráulica con un 15,5%.
No obstante, la organización REN21 alertó que “la transición energética no está sucediendo lo suficientemente rápido como para alcanzar las metas del acuerdo en París”, y en materia de energías aseveró que “los subsidios a los combustibles fósiles y a la energía nuclear en todo el mundo siguen superando de manera dramática a aquellos otorgados a las tecnologías renovables”.
“Hacia finales de 2016, más de 50 países se habían comprometido a eliminar gradualmente los subsidios a los combustibles fósiles y, aunque es verdad que se hicieron algunas reformas, no fue suficiente”, aseveró el trabajo.
Al mismo tiempo que crece el interés en el desarrollo de estas nuevas fuentes de generación, la industria logra cada año bajar sus costos por Gw instalados, y así el récord en capacidad de energía con 161 GW añadidos se logró con un 23% menos inversión hasta los 241.000 millones de dólares.
“Las energías renovables se están convirtiendo en la opción menos costosa. Contratos recientes en Dinamarca, Egipto, India, México, Perú y los Emiratos Árabes Unidos fijaron el precio de electricidad renovable en 0,05 dólares por kilovatio/hora o menos”, resaltó el trabajo difundido internacionalmente.
Este precio se encuentra muy por debajo de los costos equivalentes de combustibles fósiles y de la generación nuclear en cada uno de estos países y confirmaron la tendencia de que las renovables pueden ser la opción más económica.
El trabajo también destaca que las emisiones mundiales de CO2 provenientes de combustibles fósiles y de la industria se mantuvieron estables por tercer año consecutivo, a pesar del crecimiento del 3% de la economía global y del aumento de la demanda energética.
Esto se puede atribuir, principalmente, al declive del carbón, pero también al crecimiento de la capacidad de energía renovable y a las mejoras logradas en eficiencia energética.
En cuanto a las inversiones de la industria, el informe señaló que aunque los recursos destinados a energía renovable y nueva capacidad de combustible aproximadamente duplicaron las inversiones en combustibles fósiles, las inversiones en instalaciones nuevas de energía renovable disminuyeron 23% en comparación con 2015.
En los países en vías de desarrollo y con mercados emergentes las inversiones cayeron 30%, a US$ 116.000 millones, mientras que las inversiones en países desarrollados cayeron 14%, a US$ 125.000 millones.
Por otro lado, las inversiones siguen dirigidas hacia las energías eólica y solar, aunque con el objeto de mantener el calentamiento global por debajo de los 2°C, es necesario emplear todas las tecnologías de energías renovables disponibles.
Christine Lins, secretaria ejecutiva de REN21, explicó que “el mundo está en una carrera contra el tiempo. Lo único y lo más importante que se puede hacer para reducir las emisiones de CO2 rápidamente y del modo más rentable posible es retirar gradualmente el uso de carbón y acelerar las inversiones en eficiencia energética y energía renovable”.
“El cambio puede darse rápidamente cuando los gobiernos deciden actuar y establecer políticas a largo plazo, así como señales e incentivos financieros”, insistió Lins.