A mediados de abril, Argentina tendrá su primera escuela sustentable. Utilizará luz y calefacción a través de energías renovables, tendrá su propia huerta, contará con un sistema de ventilación natural y diseño moderno. Se levanta en Mar Chiquita, donde el intendente es arquitecto y viene hace décadas trabajando en el proyecto que ahora se tornó una realidad.
Carlos Ronda, jefe comunal de Mar Chiquita, contó a este diario que “en este caso fueron seis meses de gestión para aprobar este proyecto en el ministerio de Educación. En Uruguay, donde se construyó la primera en Latinoamérica, tardaron siete años. La escuela no sólo será sustentable, también tendrá mejor acceso para las familias, ya que actualmente está cerca de la ruta”.
Quien también estuvo presente para observar los avances de las obras fue el diputado provincial por Cambiemos Emiliano Balbín, que junto al intendente comunal recorrió el lugar y se interiorizó sobre este proyecto constructivo que fue desarrollado hace más de cuarenta años por el norteamericano Michael Reynolds.
“Que esta forma de construir se pueda plasmar en la Provincia y sobre todo en un establecimiento educativo, permitirá que se ensamblen en ese ámbito el cuidado del planeta, la educación, los niños y la comunidad de Mar Chiquita. Es vital que estas iniciativas que se logran por el trabajo en conjunto del Estado, organizaciones no gurbernamentales y el sector privado, sirvan para apuntalar el crecimiento educativo de nuestros chicos”, dijo Balbín al concluir la visita.
A la Escuela Nº 12 actualmente concurren 60 alumnos. El Partido tiene unos 25.000 habitantes. La mayoría está compenetrada con este proyecto que le traerá a Mar Chiquita muchas ventajas.
En esa ciudad se desarrolla el Planmar, de educación ambiental, que se aplica, de forma concreta, en la construcción de esta escuela ecológica.
“Hace muchos años que trabajo en este proyecto, desde que fui asesor de distintos gobiernos. Ahora soy intendente y resultó mucho más fácil y ágil llevarlo a cabo. Ni bien me propusieron la idea, la acepté porque me pareció una oportunidad única para ingresar en el nuevo mundo.
El “Earthship” o “NaveTierra”, desarrollado por el arquitecto norteamericano Michael Reynolds, conservará las características arquitectónicas, sustentables y educativas de la primera creada en Jaureguiberry, Uruguay, en 2016, y tiene siete ejes básicos: utilización de materiales reciclados, como cubiertas de neumáticos, latas y botellas; cosecha del agua de lluvia para disponerla para otros usos; reutilización de las aguas al interior de la escuela, incluyendo las consideradas “grises” del lavamanos; empleo de energías renovables, con paneles fotovoltaicos que llevarán a cero el costo energético; acondicionamiento térmico pasivo con una temperatura promedio de entre 18 y 25ºC, gracias a la ubicación y la forma estratégica en la que se construye; producción orgánica de alimentos con huerta interior y exterior; y desarrollo del factor humano, involucrando a los docentes y alumnos que habitan la escuela a diario, pero también a la comunidad que los rodea.
La construcción comenzó hace pocas semanas y tiene un plazo aproximado de 45 días, por lo cual se estima que entre el 15 y 18 de abril será inaugurada.
Trabaja la asociación civil Amartya, que se especializa en el “nuevo modelo de desarrollo local sustentable”. En Uruguay impulsó el colegio ecológico la Ong Tagma.
En los cimientos de la nueva escuela en Mar Chiquita se reutilizaron 2.000 cubiertas, 4.000 botellas y 800 latas.
En 1997, Mar Chiquita fue catalogada como reserva mundial biósfera.