Buenos Aires, Argentina, 12 de junio de 2025. ¿Cuántas veces al día pensás en el ruido? Probablemente muy pocas. Sin embargo, millones de argentinos viven rodeados de un exceso de sonido constante que supera los límites recomendables para la salud. Desde motores rugiendo en avenidas hasta obras en construcción y bocinas impacientes, la contaminación acústica se ha convertido en una amenaza invisible que impacta la calidad de vida, tanto en grandes urbes como en pequeñas localidades.
Cada 12 de junio, en distintos países del mundo y también en Argentina, se conmemora el Día Internacional de la Descontaminación Acústica. Una jornada que busca visibilizar este problema ambiental, muchas veces ignorado, y promover acciones efectivas para reducirlo. A diferencia de otras formas de contaminación —como la del aire o el agua—, el exceso de ruido no se acumula en el medioambiente pero sí deja consecuencias físicas, psicológicas y sociales profundas.

Radiografía del ruido en la Argentina actual
Según estimaciones del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en ciudades como Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Mendoza, los niveles de ruido superan con frecuencia los 65 dB en horarios diurnos, llegando a picos de 90-100 dB en zonas de alto tránsito o durante eventos masivos. Para tener una referencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no superar los 55 dB durante el día y 45 dB por la noche para preservar la salud pública.
Un informe de la Agencia de Protección Ambiental de CABA (APrA) reveló que en más del **80 % de las mediciones realizadas en zonas urbanas** se registraron niveles superiores a los recomendados. El **tránsito vehicular**, responsable de alrededor del **70 % del ruido urbano**, es la principal fuente contaminante. Le siguen obras en construcción, locales bailables, industrias y eventos deportivos o musicales.
En áreas periurbanas y rurales, aunque el ruido disminuye, su presencia se vuelve crítica cerca de carreteras, aeropuertos o instalaciones fabriles, generando molestia en residentes y afectando a la fauna local. En Patagonia, el **ruido submarino asociado a exploraciones sísmicas y actividad pesquera industrial** representa una amenaza silenciosa para especies sensibles como ballenas, orcas y delfines.
¿Por qué el ruido es un problema de salud pública?
El exceso de ruido no solo resulta molesto; sus efectos sobre la salud humana están documentados y son severos:
Trastornos del sueño: dificultan conciliar y mantener el descanso nocturno, reduciendo la calidad del sueño profundo, esencial para la recuperación física y mental.
Enfermedades cardiovasculares: la exposición a niveles superiores a 65 dB eleva los niveles de cortisol y adrenalina, aumentando el riesgo de hipertensión, arritmias e infartos.
Problemas auditivos: desde pérdida de audición temporal hasta sordera irreversible cuando se superan los 85 dB durante periodos prolongados.
Deterioro cognitivo: especialmente en niños, donde el ruido ambiental excesivo afecta la concentración, la memoria y el aprendizaje escolar.
Trastornos emocionales: ansiedad, irritabilidad, estrés crónico y cuadros depresivos se vinculan con ambientes sonoros saturados.
De acuerdo con la OMS, uno de cada cinco europeos vive expuesto a niveles de ruido nocivos para la salud. En Argentina, aunque no existen estadísticas nacionales actualizadas, se estima que más del 60 % de los habitantes urbanos experimenta niveles de ruido superiores a los recomendados.
Impacto ambiental: el ruido también contamina ecosistemas
En los ecosistemas naturales, la contaminación acústica interfiere con los patrones de comunicación, reproducción, caza y alimentación de muchas especies:
Aves urbanas y rurales** modifican sus cantos o migran en busca de ambientes más silenciosos.
Mamíferos marinos**, como ballenas y lobos marinos, pueden desorientarse o alterar sus rutas migratorias por el ruido submarino.
En zonas serranas, los sonidos artificiales afectan a anfibios, reptiles e insectos nocturnos, esenciales para el equilibrio ecológico.
En la costa atlántica argentina, organizaciones como Fundación Cethus y WCS Argentina alertan sobre el incremento de ruido marino debido a exploraciones sísmicas y navegación intensiva, afectando poblaciones de ballenas francas australes y delfines.
¿Por qué se conmemora el 10 de junio?
Aunque a nivel internacional el Día de Concientización sobre el Ruido se celebra en abril, muchos países, incluida Argentina, designaron el 10 de junio como el Día Internacional de la Descontaminación Acústica. Esta fecha busca no solo advertir sobre el problema, sino promover acciones concretas a nivel estatal, institucional y ciudadano.
A nivel regional, varios municipios organizan campañas de medición sonora, charlas informativas, actividades educativas en escuelas y operativos de control de ruidos molestos. Sin embargo, la falta de una política nacional uniforme limita el alcance de estas iniciativas.
Normativas vigentes en Argentina y su debilidad
En nuestro país **no existe una ley nacional específica de contaminación acústica**. Algunas provincias y municipios cuentan con ordenanzas aisladas que regulan niveles sonoros permitidos, sanciones y zonas sensibles:
Ciudad de Buenos Aires**: Ley 1540 y Código Ambiental
Santa Fe: Ordenanza 12.021 para Rosario
Córdoba Capital: Ordenanza 11.856
Neuquén: Ley 1875
Esta fragmentación normativa dificulta el control integral y la aplicación homogénea de límites de decibeles. Además, muchas normas datan de la década del ’90 y requieren actualización frente a nuevas fuentes de ruido.
Iniciativas de monitoreo y control de ruido en Argentina
A pesar de la falta de un marco nacional, en los últimos años se multiplicaron las experiencias de medición sonora urbana:
Mapas de ruido: Buenos Aires, Rosario y Córdoba cuentan con estudios acústicos digitales que permiten visualizar los niveles por zona y franja horaria.
Apps ciudadanas: aplicaciones como “ NoiseCapture ” permiten que cualquier usuario mida y reporte niveles de ruido desde su celular, aportando datos colaborativos.
Observatorios ambientales: universidades y ONGs realizan campañas de medición en vía pública y espacios verdes.
Operativos de control en boliches, bares y fábricas, especialmente en CABA y Rosario.
## 🧩 Soluciones urbanísticas y ciudadanas para reducir la contaminación sonora
### 🌳 Barreras vegetales
La incorporación de muros verdes y cortinas arbóreas reduce entre 6 y 10 dB en zonas urbanas densas. Calles arboladas, parques y techos verdes funcionan como amortiguadores naturales del ruido.
### 🚶♂️ Áreas peatonales y ciclovías
Favorecer entornos sin autos no solo mejora la calidad sonora, sino que estimula la actividad física y reduce la contaminación del aire.
### 🏡 Aislamiento acústico domiciliario
Colocar **doble vidriado hermético (DVH)**, cortinas pesadas, alfombras y paneles acústicos mejora la calidad sonora en viviendas expuestas a ruidos externos.
### 📣 Control de horarios y volúmenes
Regular los horarios de funcionamiento de boliches, obras y espectáculos, y establecer límites de decibeles en espacios públicos.
📢 ¿Qué puedo hacer como ciudadano para contribuir?
1. Evitar el uso excesivo de bocinas.
2. Moderar el volumen de música, TV y auriculares.
3. Participar de campañas y denuncias por ruidos molestos.
4. Promover la plantación de árboles y creación de espacios verdes.
5. Utilizar apps para medir el ruido en tu barrio y compartir los datos.
🧠 Preguntas frecuentes sobre contaminación acústica en Argentina (SEO FAQ)
📌 ¿Qué es la contaminación acústica y cómo afecta en Argentina?
Es el exceso de ruido generado por tránsito, industrias, actividades sociales y maquinaria. En Argentina, impacta la salud, el sueño, la audición y la biodiversidad urbana y marina.
¿Cuál es el nivel de ruido permitido según la OMS?
No más de 55 dB durante el día y 45 dB por la noche. En ambientes residenciales, se recomienda no superar los 35 dB.
📌 ¿Qué ciudades argentinas son más ruidosas?
Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Mendoza registran los picos más altos de contaminación acústica, especialmente en zonas céntricas y avenidas.
📌 ¿Existe una ley nacional contra el ruido en Argentina?
No. Solo algunas provincias y municipios tienen ordenanzas específicas.
📌 ¿Qué consecuencias tiene el ruido en niños y adultos mayores?
Problemas de sueño, estrés, dificultad de concentración, alteraciones emocionales y riesgo cardiovascular.
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