“Solo tenemos un planeta y debemos empezar a comportarnos acorde a ello”. La frase pertenece al químico estadounidense y doctor en toxicología, Paul Connett, conocido también por ser uno de los de los fundadores de la teoría de Basura Cero, a través de la cual se promueve la reducción del consumo y la fabricación de productos pensados para ser reutilizados, reparados o reciclados a fin de que estén listos para volver a la naturaleza o al circuito comercial.

En su reciente visita al país, Connett explicó que, en rigor, el reciclado no solo es una alternativa ecológica para las ciudades, sino también una ventaja económica que ayuda a hacer frente al serio problema de la basura en el mundo.

Es que, como bien plantea la organización no gubernamental ambientalista Greenpeace, los modelos de producción del mundo actual promueven la extracción de recursos naturales del planeta de un modo descontrolado para fabricar bienes de consumo, en muchos casos de vida útil corta, que luego son dispuestos de un modo que no permite que sean aprovechados, contaminando así el ambiente.

Para los especialistas de la organización, la solución pasa por promover la eliminación progresiva, con plazos concretos y obligatorios, de la dependencia del relleno sanitario, es decir el método más empleado actualmente en muchas ciudades para la disposición final de la basura.

Vale recordar que este método consiste en depositar en el suelo los desechos sólidos, los cuales se esparcen y compactan reduciéndolos al menor volumen posible para que así ocupen un área pequeña.

Según Greenpeace, la erradicación progresiva del relleno sanitario debe ir acompañada del cumplimiento de las normativas vigentes que incluyen una serie de medidas orientadas a la reducción de la generación de residuos, la recuperación y el reciclaje.

En términos generales, existe un consenso entre los distintos sectores de la sociedad que tienen interés en este tema en que una de los aspectos claves para cuidar el medio ambiente es el manejo adecuado de los residuos. Pero las opiniones son distintas a la hora de considerar cuál es el manejo correcto de la basura. Para algunos, por ejemplo, la incineración es una alternativa, pero para otros, como el propio Connect, esta manera de tratar la basura es “lamentable y obsoleta”.

Así lo señaló en una charla que ofreció en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, donde participó de un encuentro en el que se expusieron los peligros que trae aparejado para el ambiente y para la salud de la población la combustión completa de la materia orgánica hasta su conversión en cenizas.

El experto advirtió que se debe pasar de la lógica actual del descarte a una economía circular basada en la recuperación y reutilización de recursos. En ese sentido, dijo que cuando las autoridades toman la decisión de incinerar no hacen más que “sumar políticas públicas en desuso que no acompañan las exigencias de los tiempos y las problemáticas actuales”.

Por otra parte, sostuvo que las plantas de incineración no sólo provocan impactos en la salud y en el ambiente por las sustancias tóxicas que liberan, sino que además generan deuda millonaria que deberán pagaran las generaciones venideras durante los próximos 30 años. Según el experto, la correcta aplicación de los principios de Basura Cero, apoyados en los pilares de la recuperación, el reciclaje y el compostaje, es la única solución para la basura.

Por eso aconseja imitar a la naturaleza y reciclar todo lo que se pueda. A la hora de graficar el serio problema que representan los residuos, señala que se necesitarían cuatro planetas si todos los habitantes del mundo tuvieran el mismo nivel de consumo que los estadounidenses y dos planetas si todos consumieran tanto como los europeos. “Algo tiene que cambiar y el mejor lugar por donde empezar es con la basura.

Todo el mundo la genera y, por ello, somos todos en parte responsables de vivir de forma no sostenible”, observa Connett, a la vez que remarca que comunidades de Californa, Canadá, Italia, Nueva Zelanda, España y el Reino Unido emplean la estrategia basura cero y han logrado muy buenos resultados, incluso en el corto plazo.

Los municipios del Chaco, por supuesto, no están libres del problema que plantea la basura. Un estudio realizado por investigadores de la UNNE reveló que únicamente en Resistencia se generan 1.500 toneladas anuales sólo de residuos electrónicos, lo que da una idea de la magnitud del desafío. Por eso es necesario que la ciudadanía se sume a las iniciativas para reciclar que se impulsan desde los municipios.